La música de las esferas

Son las 11 pm de este dia.
Y antes de dormir, estuve pensando en ti.
Encontré una antigua conversación de msn... muy antigua, del 2009.
Mucha de nuestra relación se circunscribe al plano digital, chateamos muchísimo, en plan de jugar y también en plan serio...
Contigo conocí el fascinante mundo de los mensajes de texto, nos escribíamos con frenesí y recuerdo la vez que descaradamente me saqué el celular de la empresa solo para tener minutos con qué llamarte (no me explico cómo nunca pillaron en su cuenta de cobro minutos gastados ese sábado a las 11pm...).
Compartes muchas de mis pasiones: la filosofía, el arte, los libros, el cine... las noticias y el entorno.
Eres un crítico tenaz, pero mucho menos acerado y duro de lo que puedo serlo yo, que me apasiono con tonterías y discuto con fiereza...
Tu eres tan sosegado...
Solo dos veces he visto la furia brillar en tu cara, afortunadamente nunca contra mi (no se porqué creo que nunca la diriges contra tu pareja...) y temería esa expresión si fuese yo tu blanco.
Aunque sé que ocasionalmente provoco tu molestia con mis actos, mis opiniones y mis critícas.
Eres el tipo de tipo que habitualmente no pensaría tener a mi lado, especialmente si nos limitamos al campo prosaico del aspecto fìsico, pero...
Sos como un vaso de alabastro: translúcido y fino.
Y a través de tu fineza veo brillar la fuerza de tu alma, tu personalidad... Ese fuego interior que posees y que es tu sello distintivo.
Y eso me atrae irremisiblemente.
Pero no soy tan tonta como para pensar solo en tu alma, por cierto que no.
Porque hacer el amor con vos no sería lo que Sábato llama "El sacrificio que hago como tributo a tu alma superior" sino más bien una suma de sutiles atractivos.
Es decir. Seguramente no eres consiente de hasta donde puede enamorar tu mirada cuando estás meditando, cuando tratás de hallar alguna solución o cuando no encuentras las palabras que te permitan expresar lo que deseas... o cómo tu boca se delinea con perfección en tu rostro... cuán bien te queda el olvidar afeitarte un par de días...
O cómo a veces desvío la mirada si te da por ejecutar el cada vez más frecuente acto (sé que no eres consiente de qué me produces) de levantar tus brazos por encima de tu cabeza...
O en qué estado me pone el olor de tu loción... o cuán "bebestible" te ves con traje y corbata...
Todo se maquina en mi mente y sin embargo nunca llego a nada.
Es decir, no fantaseo con vos, o algo así... es casi como si esperara tu permiso para hacerlo porque...
A veces mi cabeza loca se desvía (que estoy loca es evidente, si me lo dice mi sobrino de 4 años) y me imagino ciertas cosas contigo, pero las corto de raíz... y con mucho pesar.
Es como si el saber que no estás ni cerca de sentir lo mismo (o tan siquiera algo parecido) me cerrara las puertas a ese mundo donde habité un muy corto tiempo en tu compañía.
Y me limito a disfrutar el tiempo que podemos pasar juntos, y aunque ese tiempo dista de ajustarse a mis ensueños, no los repele del todo.
Pocas cosas dan la delicia de sentarme cómodamente, con las piernas cruzadas, como una ilusoria Sherezade, a cierta distancia, mientras, al tiempo que trabajas, discutimos acerca de si Kant tenía o no razón al criticar la razón pura.
O de compartir algún alimento contigo mientras discutimos la conveniencia o no de la pena de muerte.
O caminar al amparo de la luz nocturna mientras decidimos si X o Y suceso es un montaje del gobierno, de la guerrilla, de la oposición o si fuera real...
Y si.
A veces imagino cosas, pero las dejo pasar con un suspiro. Cierro mi puerta a esas imágenes...
Y no por respeto al espacio que compartimos (ya hemos demostrado ser nítidamente capaces de separar las cosas y no revolver lo que no debe mezclarse) si no como... no sé
Realmente no lo sé.
No puedo saberlo más que por mi parte.
Esto es lo que veo en mi mente:
Estamos aun en nuestro universo privado, donde giramos el uno en torno al otro
en sutiles toques que permiten que sigamos en movimiento con la misma plácida armonía...
"La música de las esferas" - Sonidos emitidos por los cuerpos celestes. NASA
Con cada roce una palabra
Con cada roce un suspiro
Con cada roce un gemido
Con cada roce nos mantenemos en movimiento
como si nos impulsáramos
ese mismo movimiento
que nos acerca
o nos aleja
cada sonido genera música
la música de las esferas
la que sostiene al universo en su lugar especial...
Aunque solo sea para mi deleite...

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