La Princesa Inírida

"Inírida" es una palabra indígena (de la etnia Puinave) que significa “espejito de sol” y es el nombre de nuestra protagonista.
Monumento a la Princesa Inírida, en Inírida, Guainía.
Era una niña muy hermosa y dulce, por lo que era querida por los animalitos de la selva y por las personas a su alrededor. La llamaban "Desinkoira" que significa "mujer de dulce olor"
Conocía los secretos de las plantas y tenía muchas habilidades como cantar dulcemente, tocar instrumentos y cocinar.
Los tres cerros del Guainía
Con tantas virtudes, muchos hombres deseaban su amor, pero ella los rechazaba, pues no deseaba casarse, prefería pasear por los cerros y convivir con la naturaleza.
Sin embargo, uno de sus pretendientes, más osado que los otros, usando la puzana (zoon de mavicure, planta mágica y medicinal que crece en este cerro guainiano) en un brebaje, trató de hechizarla para obtener su amor, pero debido a su inexperiencia lo hizo de manera inadecuada, haciendo que la princesa en vez de enamorarse, enloqueciera.
Ella, desesperada, trató de escalar los cerros de Mono, Mavicure y llegando al fin al Pajarito, donde se ocultó.
Flor de Inírida de verano
Aunque su familia y su pretendiente trataron de encontrarla, les fue imposible escalar el cerro, que se ponía resbaladizo para proteger a la princesa y finalmente, allí se quedó ella recuperando su razón lejos de los codiciosos seres humanos, rodeada por los animales, las plantas y el cerro que tanto amó.
Por ello quienes visitan este cerro deben hacerlo con una actitud respetuosa y amable. Si desean contentar a la princesa, pueden cantar canciones alegres, lo que hace que ella, deje caer hilillos de agua por el cerro y deje como regalo de agradecimiento una flor, la flor eterna del Guainía, la Flor de Inírida, que concede deseos.
Flor de Inírida de Invierno
Esta flor endémica de la zona, que tiene dos variedades, (la de verano Schoenocephalium teretifolium un poco más pequeña y la de Invierno, Guacamaya superba, que es más grande y apretada) puede permanecer viva largo tiempo y dice la leyenda que sus matices cambian según el estado de ánimo de la princesa: se pone más brillante cuando está contenta y se opaca cuando está enfadada.
Si se quiere pedir el deseo, debe cuidarse mucho la flor para que mantenga sus colores brillantes, pues si se seca es que la princesa se ha enojado y no concederá el deseo.
Esta flor está prohibido sacarla de la zona, (su excesiva comercialización y la gradual desaparición de sus zonas de crecimiento la han ido poniendo en peligro de extinción) aunque hay algunas empresas que la bioexplotan de manera sostenible, convirtiéndose en el principal souvenir de quienes visitan esta zona de Colombia.

* Las fotografías son mías y si se hace clic en ellas se amplian. 

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