Siento yo que, para que relación funcione, se requieren cosas en común.

Es decir, en una relación hay más que un tú o un yo, debería haber un nosotros o de otra manera se hace imposible

Ese "nosotros" forja las amistades incondicionales del colegio o la universidad, los leales compañeros del trabajo, los vecinos que se apoyan.

Encontrarse y hablar de algo que compartieron: los profesores, los problemas y sus soluciones, hablar mal de otros ;) o comparar anécdotas comunes.

Eso explica también las amistades de Internet: ven la misma serie, hablan de las mismas películas, opinan del mismo libro, comentan al mismo youtuber, discuten las mismas noticias o son fanáticos del mismo equipo.

Mal va una relación donde no se comparten videojuegos, libros, series, recetas...

Una relación donde los puntos en contacto solo son pequeñas fracciones del tú y del yo, pero donde no hay un lenguaje común, nada de qué hablar que sea común....

A las niñas buenas, les cuentan cuentos para dormir, para que tengan lindos sueños...

Un día lo haré contigo... Aunque es más posible que quien hable seas tú, hasta que te venza el sueño...

(aquí está en castellano... pero no sale lo más lindo de la interacción "dime algo bueno")

He notado algo extraño entre nosotros y es que nunca has escuchado las historias buenas de mi vida. 

Yo te he oído lo que has tenido a bien contarme, de tu corazón roto, de la lucha por sobrevivir, de las fiestas, de la universidad, de tus amigos y también de los que dejaron de serlo, de tus trabajos, de por qué amas la cerveza y odias las palomitas... Sé tus colores preferidos, tus comidas favoritas y una buena parte incluso, de la historia de tu familia.

Tú sabes unas pocas cosas tristes de mi vida: de mi corazón roto, de las veces que me hicieron daño, de mis sueños no cumplidos...

Jamás me has preguntado por la parte feliz de mi historia: cómo aprendí a montar a caballo o bicicleta, de cuánto me gusta bailar así lo haga fatal, cuál es mi sabor de helado favorito o cómo celebré mis 15 años.

Sabes tan poco de mi...

Y a veces siento que solo quieres saber la parte triste, para consolarme, para estar allí para mi, pero no sabes cómo compartir mis buenos momentos, ni tan siquiera los del pasado...

Y eso, es triste...

Es un cuento triste...

El amor es esa vaina que debes esforzarte para ganar y esforzarte para mantener. Cuando se implica a otro, las cosas no se sostienen solas.

No tienes porqué saberlo, y por eso te lo digo:
Está matera, tan sencilla y marcada con una cinta de color en su base, (para no confundirla con otras similares) fue un regalito que me diste, un día.
Y cómo venía de tus manos, quise poner en ella algo especial. Y puse una gruesa hoja de "pie de rey" una Echeverría que tomé de un jardín ajeno con la esperanza de que retoñara.
Durante un tiempo estuvo estable y luego, de repente, empezó a morir. Hasta que se secó. Eso me puso muy triste y nunca te iba a contar esto, pero cuando iba a desocuparla, ví la fuerte raíz, el pequeño retoño lucir su verde brillante, decidido a vivir.

A veces creo que así eres, que así somos.
En apariencia vencidos, pero reuniendo valor desde la raíz para florecer en el momento adecuado.
🍀💚