Historia de una gaviota...

Portada del libro
... Y del gato que la enseñó a volar.

Esta hermosa película fue descubierta por mi pareja de forma completamente casual, al buscar videos de gatos en Youtube.
Esta película está basada en el libro homónimo de Luis Sepúlveda. Para los que disfrutamos leer los libros en que se basan las películas lo pueden leer aquí.
En la película y el libro se habla de una gaviota (kengah) que al enfermar debido a la "peste negra de los humanos" (el petróleo derramado de un buque) consigue volar hasta el jardín donde vive el gato Zorbas, del que requiere tres promesas: la primera no comerse su huevo, la segunda, cuidarlo hasta que nazca el pequeño polluelo y la tercera, enseñarle al pequeño a volar para que regrese con los suyos.
Una de las cosas que mas me gusta de esta película es que muestra cómo una buena historia se convierte en una buena película sin necesidad de efectos 3D ni dibujo sofisticado.
De hecho, como en Haru y el reino de los gatos, las animaciones son muy sencillas, porque lo que más importa es la historia.
Una de mis animaciones preferidas: el sueño de la niña
Al fin Zorbas, logra con la ayuda de sus amigos, los gatos del puerto (en la imagen abajo  en orden de izquierda a derecha: Sabelotodo, Zorbas, Coronel, Secretario y Yoyo), criar a la pequeña (a la que llaman "Afortunada").
Los gatos del puerto y Afortunada.
¿Pero como enseñarle a volar? que los gatos no se distinguen por sus habilidades aeronáticas (ni siquiera con la ayuda de la valiosa enciclopedia de Sabelotodo y los esquemas de la máquina de vuelo de Leonardo Da Vinci)... Es allí donde los humanos (los mismos que mataron a su madre con (por?) el petróleo), hacen su colaboración a que esta historia tenga un final feliz.
Esta película del año 1998 además de ser hermosa, deja lecciones del respeto al otro, y aun más que eso, del disfrute de la diferencia; como dice Zorbas a Afortunada "Nos honra que quieras ser una gato, pero eres una gaviota y te amamos por ser lo que eres, por ser diferente".
Yoyo, en pleno bulling contra Afortunada.
Hay bastantes diferencias entre el libro y la película, pero al igual que me pasó con "La dama de las especias", los cambios que se le hicieron a la historia en beneficio de hacerla más cinemetográfica (como darles un papel mucho más antagónico a las ratas o cambiar al mono Matías por el gatito Yoyo, celoso como cualquier niñito, o incluso, convertir la intervención de El Poeta en la de su hija -como dato curioso, Luis Sepúveda solo tiene hijos varones- fueron todas en realce de la historia, que es lo que importa.
Por cierto, el autor del libro hace la voz del Poeta en la película, así que se dan el gusto de escucharle recitar.
Esta película, como muchas para niños de ésta época (viendo los buenos resultados Disney) tiene canciones que la ambientan y todas son bellas. Algunas son alegres como "ser un gato" (que se ha convertido en mi ringtone) o "estoy volando" o muy tristes como "no soy un gato" o la que canta Kengah desde el más allá deseando suerte a su polluelo y que desafortunadamente no pude conseguir.
Aquí hay algunas imágenes de la película, que se amplían a tamaño más grande si les hacen clic:
Afortunada Volando
Una Jarrita que aparece en la película

Brrrr ¿así quien quiere ser un pájaro?





Afortunada cuando le ponen su nombre




Yoyo y Afortunada







Zorbas acunando a Afortunada en el ¿sueño? de Kengah... la canción de esta escena me hizo llorar :'(
Si les picó la curiosidad de ver esta preciosa película italiana, la pueden ver haciendo clic aqui y ojalá la disfruten tanto como yo.

Dear Prudence

A veces envidio a los irresponsables.
Un amigo se pegó una fuerte endeudada para llevarse a su novia a la playa.
Otra pareja de amigos ahorró no sé cuánto tiempo para irse a otra playa... pero eso si, no tuvieron con qué pagar el semestre universitario de él.
Otro par de amigos (estos si cada cual por su lado) que tengo, viven al límite... al límite de sus tarjetas de crédito, que siempre están al rojo.
Y así.
No sé si es que soy ya pasada de timorata o esta gente no piensa en el mañana
Si la vida te tiene mamado, esto podría ayudar...
Ciertamente puede influir el hecho de que soy un vejestorio, pero en este momento pienso es en comprar casa (que no carro, por ejemplo) y en mi futuro a largo plazo y no en el instante. El momento.
Pero los envidio.
Envidio su libre irresponsabilidad, lo que les permite irse de rumba un viernes de pago sin pensar en recibos de servicios o en comprar la comida del mes, o ahorrar dos meses para comprarse una super computadora, totalmente despreocupados porque su mamá les va a financiar los buses del mes.
También puede ser alguna de mis innumerables trabas psicológicas, especialmente la que hace que sea una tacaña conmigo misma (de las pocas cosas en que gasto alegremente y eso solo si estoy bien acompañada, es en condumios) o el tic-tac del reloj el que me hace pensar en un futuro que hace tan solo unos años se veía lejano.
Tendré que buscar el punto medio para decir en qué me gasto (y también, en qué me desgasto) y en qué no, para no ser en algunos años uno de esos adultos que no hacen sino joder porque "es que fíjese que todo me lo gasto en ustedes - y en mi caso, me lo trago- y nada pa mi" gente que siempre me ha sacado la piedra.
Y no quisiera ser así...
Así que trataré de menguarle a la prudencia...
Y a lo regañona.

Distancia...


Tu voz por el teléfono tan cerca y nosotros tan distantes,
tu voz, amor, al otro lado de la línea y yo aquí solo, sin ti, al otro lado de la luna,

tu voz por el teléfono tan cerca, apaciguándome, y tan lejos tú de mí, tan lejos,
tu voz que repasa las tareas conjuntas,
o que menciona un número mágico,
que por encima de la alharaca del mundo me habla para decir en lenguaje cifrado que me amas.
Tu voz aquí, o lo lejos, que le da sentido a todo,
tu voz que es la música de mi alma,
tu voz, sonido del agua, conjuro, encantamiento.


Poemas de amor
Número 6
Darío Jaramillo Agudelo

(cambie el "teléfono" por el GTalk y ahí tiene mi situación)
(Sí, tu, me haces mucha falta en vivo y en directo)