(Era el apodo que él usaba. Más o menos me explicó el porqué)
Hace mucho tiempo me gustaba y mucho un chico. Era uno de esos hombres con trazas de pelirrojos y a quienes dejar de afeitarse un par de días les significaba también un aumento del sexappeal.
Estudiábamos juntos la formación técnica y un día contrataron a todo nuestro grupo para algunos días de trabajo fuera de la ciudad, ir a un balneario cercano.
En ese sitio de piscinas y clima cálido y también bichos maléficos, uno de ellos le mordisqueó una pierna, causándole malestar y una inflamación considerable... Lo atendió el médico y estando fuera de la ciudad, no había más remedio que algo de descanso, así que lo enviaron a la cabaña que compartía con otros compañeros.
Muy triste por lo que le había sucedido (y también muy enamorada) me acerqué hasta allí para saber de su estado, con tal suerte que lo encontré solo.
Mientras inquiría por su salud, el me acercó hacia su boca y me besó apasionadamente. Después me pidió que lo acariciara, cosa que hice encantada mientras le seguía besando.
Después de un tiempo, me tomó la cara entre sus manos y dijo uno de los cumplidos más lindos que alguien me haya dicho
"Ya no me duele más"
Cosa que por supuesto era temporal, pero no quitaba lo feliz que me sentía haberlo hecho feliz también a el.
Nuestros compañeros especularon mucho sobre lo que en esa habitación sucedió y nosotros acallamos los rumores por el sencillo procedimiento de ignorarlos. De cualquier forma su mente no hubiera comprendido lo que allí pasó si se los hubiéramos explicado.
Hubo varios episodios interesantes con él (por ejemplo yo le cree su primer correo electrónico. Él me buscó por facebook pero el mensaje llegó a spam y lo recibí demasiado tarde... Mientras yo le buscaba a el) pero no sé por qué recordé ese... El poder sanador del amor.
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