Al fin hace poco me ví "Bohemian Rhapsody" la BioPic de este genial artista británico. No voy a resumirla y ni siquiera a criticarla, seguro van a encontrar información de sobra, pero voy a comentar dos cosas sobre el tema.
Mi papá, patriarca venerable y tradicionalista, que encuentra difícil aceptar la homosexualidad (a pesar de tener un hermano gay, mi tío, una "loca" divina y fashion) hace ya muchos años hizo un comentario, que me asombró sobremanera:
Cuando vimos la película volvió a comentarlo, hablando de la buena caracterización de Rami Malek.
Y hablando de la relación entre Jim y Freddie dice "Eso rozar bigote con bigote no debe ser muy rico..."
La película me pareció buena, aunque, como siempre que veo una película "basada en hechos reales" me pregunto qué tan reales son los hechos reales.
Menos mal estos muchachos me solucionan la duda: informationisbeautiful.net tiene un listado donde se compara la película con la vida real. Con un 79% Rhapsody no está mal (top 10 de las analizadas) y por lo que vi, más bien las cosas se movieron de fecha, más que fabular o cambiar cosas... aunque en absoluta realidad es 50-50... y ninguna película es 100% real. Relajemos el pony.
Lástima que no mostraron a Freddie siendo Padrino del primer hijo de Mary Austin (a quien siempre definió como "el amor de mi vida" y con quien llevó una relación tan extraña que merece un buen análisis de mi parte...), porque estoy segura que adoraba a ese bebé y debió ser alcahueta y encantador.
Como sea, de toda la película hay una escena que me pareció conmovedora y para ello debo retomar mi historia personal.
El prom, ese evento educativo social que marca el final de la secundaria en mi época se caracterizaba porque cada promoción elegía una canción, algo así como su himno. Yo me eduqué con monjas muy liberales y la música, lecturas, vestimenta y demás no eran censurados.
En mi época, la canción que más proms de muchos colegios (obvio, nunca los de los diversos cursos del mismo colegio eligen la misma) habían escogido era "We are the champions" que debo decirlo, es una excelente elección. Y en mi colegio se hacía un montaje en la despedida de curso con la canción del ultimo grado y el del penúltimo. Y como no podía dejar de ser, la canción del último curso era esa. Al fin y al cabo eran los Champions.
Pero yo no estaba en ese curso, me faltaba un año para graduarme. Y nuestra canción también era de Queen: We will rock you:
...Aun hoy, escribiendo esto se me humedecen los ojos al recordarlo...
Entramos a la cancha con el taconeo y el aplauso y tras ponernos en formación gritamos la canción (en especial el coro, por supuesto) con todo el entusiasmo del mundo.
Salimos de igual manera, entre los aplausos entusiasmados de todo el colegio y entramos al que era el salón de 8 creo (pero que cuando entré al colegio era el de 7 y yo había estudiado en esa aula, precisamente) y gritamos felices y entusiasmados. Yo no grité, tenía los labios ocupados en besar a quien era mi novio de esa época: Jova. Fue una de las pocas ocasiones en que nos besamos en público, porque siempre fuimos muy discretos con nuestra relación, pero la emoción del momento lo justificaba. Vernos en esas aumentó los silbidos de entusiasmo y los gritos de nuestros compañeros, aliados a ultranza de esta relación...
... fue un momento tan feliz...
La infancia tranquila y sin preocupaciones...
El dulce amor de la adolescencia, cuando aun había tiempo para compartir...
La buena música que regresa a tu vida...
Mi papá, patriarca venerable y tradicionalista, que encuentra difícil aceptar la homosexualidad (a pesar de tener un hermano gay, mi tío, una "loca" divina y fashion) hace ya muchos años hizo un comentario, que me asombró sobremanera:
"Freddie Mercury es un man muy atractivo. Qué hombre tan masculino"
Cuando vimos la película volvió a comentarlo, hablando de la buena caracterización de Rami Malek.
Y hablando de la relación entre Jim y Freddie dice "Eso rozar bigote con bigote no debe ser muy rico..."
La película me pareció buena, aunque, como siempre que veo una película "basada en hechos reales" me pregunto qué tan reales son los hechos reales.
Menos mal estos muchachos me solucionan la duda: informationisbeautiful.net tiene un listado donde se compara la película con la vida real. Con un 79% Rhapsody no está mal (top 10 de las analizadas) y por lo que vi, más bien las cosas se movieron de fecha, más que fabular o cambiar cosas... aunque en absoluta realidad es 50-50... y ninguna película es 100% real. Relajemos el pony.
Cartel de la película |
Como sea, de toda la película hay una escena que me pareció conmovedora y para ello debo retomar mi historia personal.
El prom, ese evento educativo social que marca el final de la secundaria en mi época se caracterizaba porque cada promoción elegía una canción, algo así como su himno. Yo me eduqué con monjas muy liberales y la música, lecturas, vestimenta y demás no eran censurados.
En mi época, la canción que más proms de muchos colegios (obvio, nunca los de los diversos cursos del mismo colegio eligen la misma) habían escogido era "We are the champions" que debo decirlo, es una excelente elección. Y en mi colegio se hacía un montaje en la despedida de curso con la canción del ultimo grado y el del penúltimo. Y como no podía dejar de ser, la canción del último curso era esa. Al fin y al cabo eran los Champions.
Pero yo no estaba en ese curso, me faltaba un año para graduarme. Y nuestra canción también era de Queen: We will rock you:
"We Will Rock you" - versión de la película
...Aun hoy, escribiendo esto se me humedecen los ojos al recordarlo...
Entramos a la cancha con el taconeo y el aplauso y tras ponernos en formación gritamos la canción (en especial el coro, por supuesto) con todo el entusiasmo del mundo.
Salimos de igual manera, entre los aplausos entusiasmados de todo el colegio y entramos al que era el salón de 8 creo (pero que cuando entré al colegio era el de 7 y yo había estudiado en esa aula, precisamente) y gritamos felices y entusiasmados. Yo no grité, tenía los labios ocupados en besar a quien era mi novio de esa época: Jova. Fue una de las pocas ocasiones en que nos besamos en público, porque siempre fuimos muy discretos con nuestra relación, pero la emoción del momento lo justificaba. Vernos en esas aumentó los silbidos de entusiasmo y los gritos de nuestros compañeros, aliados a ultranza de esta relación...
... fue un momento tan feliz...
La infancia tranquila y sin preocupaciones...
El dulce amor de la adolescencia, cuando aun había tiempo para compartir...
La buena música que regresa a tu vida...
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