La historia del anillo

Para Jove.
Ya que decidió venir a perturbarme en sueños (después de que ni siquiera por cortesía me diera las gracias al saludo que le envié en su cumpleaños, hace poco más de un mes) quizá sea pertinente hablar de una parte de su historia, a la que llamaremos...

La historia del Anillo

Jove, a veces también Jova (obvio, no es su verdadero nombre, sino una contracción de sus nombres... me gustaba el "Jove", en su alusión al dios Zeus y a su felicidad) fue uno de los personajes más importantes en mi historia.
De él hable un poco en este post y el relato de esa relación está en este otro. Como para que tengan un poco de contexto.
¿De quén son tompas? ¿De quén? ;)
Si leyeron el post The Sorrow, recordarán que menciono que Jove y yo "nos casamos" (tengo hasta un certificado matrimonial de boda civil, que una acuciosa amiga nos consiguió) y que de ese matrimonio quedó un anillo que aun conservo.
Ese anillo tuvo un valor sentimental altísimo desde el principio (era la promesa de ese amor adolescente) pero después del final de esa historia cobró un valor aun más alto, pues, como si el destino me estuviera cobrando el dolor que le causé a Jove, pasé bastantes sinsabores en materia amorosa, ya fueran hombres que no me quisieron ya fueran los que solo jugaron conmigo.
En cada decepción amorosa, me aferraba a ese anillo, al recuerdo de ese amor, diciéndome como si fuera un mantra:
"Si me amaron -de esa manera- una vez, me volverán a amar igual"
Cada vez que caía, que me decepcionaban, que mi corazón quería romperse porque ya no aguantaba más, me aferraba a ese anillo y seguía adelante.
Así, ese anillo se convirtió en un tótem.
Como crecí, el anillo dejó de entrar en mi dedo, de modo que le busqué una caja especial y lo guardé entre algodones y lo reemplacé por uno de plata -que le robé a un personaje X-, el cual muchos años después, se desgastó a tal punto que se abrió y mi papá me lo cambió por otro, que llevo en mi mano hasta el día de hoy y que es indispensable para mi.
De ese anillo (al que podríamos llamar "Anillo III") me separé solo una vez, pero la persona elegida no lo valoró como esperaba: se lo entregué con una cadena de plata para que lo llevara al cuello (nunca pudo usarlo, le quedaba grande) que reventó varias veces y cuando llegó el día en que no se la vi puesta más, le exigí que me lo devolviera. Desde entonces está en mi dedo.
Anillo I & III
Aun ahora, que tengo una pareja estable y que mi corazón parece relativamente a salvo de las inquietudes, ese anillo sigue ahí, esperando, protegiéndome, recordándome que el amor sigue alli...

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