Tengo un Axl Rose en mi armario

Obvio, no es el real, porque siendo un poco odiosa, diré que el man no cabe en mi armario.
He hablado ya mucho -últimamente- de Jove.
Cuando nos volvimos a encontrar después de tantos años, él, que tenía varios trabajos y había llevado una vida mucho más azarosa que la mía, tenía en mente montar su propio negocio y como siempre eligen las personas sombrías y novatas, consideró que un bar era la mejor idea.
Al bar lo bauticé yo, después de consultar varios libros de leyendas y demonología:
Old Nick
Es el término inglés que se usaba antiguamente para referirse al demonio y de una larga lista de nombres que le llevé, fue el que más le gustó.
Ya había dicho que en ese bar le estaba apoyando en todo: le ayudé a pintar paredes, a limpiar baños (se requiere mucho amor en el corazón para limpiar el vómito de borrachos en un bar del que no estás obteniendo nada, creedme), a recoger pedidos... He de decir que yo hubiera sido una buena encargada de bar, especialmente porque no bebo.
Cuando el bar estaba comenzando, y él decidía la decoración (pintó un espectacular ángel oscuro en una de las paredes: era muy talentoso para el dibujo) el asunto de los baños era clave ¿cómo separar el baño de mujeres del de hombres? (estábamos a años luz de los baños mixtos que se desean imponer ahora) Para ser sexies, eligió para el de hombres un pequeño afiche de Motley Crue en su video de Girls, Girls, Girls y para el de chicas, un poster enorme y espectacular de Axl Rose, donde aparecía en su tradicional atuendo de jeans un poco desabrochados y sin camisa... Tan genial, que para quitarle hierro a mis evidentes sentimientos por él, dije una frase que aún recuerdo:
"Cuando este bar quiebre, ese afiche debe ser mío"
Un día cualquiera -muy poco tiempo después: si mi memoria no falla no cumplió el año- nos encontramos y él traía el afiche enrollado en la mano.
Su presunta socia (que nunca le ayudó ni a levantar una tapa del suelo) tenía la mala costumbre de invitar a sus amigos al bar, y él, que carecía de firmeza empresarial (una cosa son los negocios y otra la amistad) dejó que lo convirtieran en barra libre.
Me niego a creer que mis palabras hubiesen maldecido el negocio, más bien ellos mismos atrajeron la mala suerte y "salaron" el bar (por lo que oí, tenían muchísimo sexo allí, su primer hijo fue concebido en ese lugar...). Eso y la pésima administración.
También por esa época él llegó a pensar fugazmente que su socia-novia no era lo que más le convenía y que quizás, solo quizás, podría intentarlo conmigo de nuevo...
Pero para ese entonces su hijo venía en camino y eso me sacó definitivamente de su vida.
Siempre he sido una niña buena, sometida -en apariencia- a los deseos de su padre, así que colgar un Axl Rose semidesnudo en mi habitación no era opción, pero dejarlo enrollado en cualquier parte tampoco lo era... Y teniendo en cuenta que mi habitación en esa época no tenía puerta (ponerlo en la parte de atrás quizá hubiera sido buena idea) pues... abrí mi armario, saqué toneladas de ropa y lo pegué en el fondo.
Allí está aun.
Casi nunca lo veo, está cubierto por mucha ropa...
Pero estos días que Jove volvió a mi mente, lo miré detenidamente...
Su satinado papel guarda aun tantos sueños que no se cumplieron...

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