Tengo un Axl Rose en mi armario

Obvio, no es el real, porque siendo un poco odiosa, diré que el man no cabe en mi armario.
He hablado ya mucho -últimamente- de Jove.
Cuando nos volvimos a encontrar después de tantos años, él, que tenía varios trabajos y había llevado una vida mucho más azarosa que la mía, tenía en mente montar su propio negocio y como siempre eligen las personas sombrías y novatas, consideró que un bar era la mejor idea.
Al bar lo bauticé yo, después de consultar varios libros de leyendas y demonología:
Old Nick
Es el término inglés que se usaba antiguamente para referirse al demonio y de una larga lista de nombres que le llevé, fue el que más le gustó.
Ya había dicho que en ese bar le estaba apoyando en todo: le ayudé a pintar paredes, a limpiar baños (se requiere mucho amor en el corazón para limpiar el vómito de borrachos en un bar del que no estás obteniendo nada, creedme), a recoger pedidos... He de decir que yo hubiera sido una buena encargada de bar, especialmente porque no bebo.
Cuando el bar estaba comenzando, y él decidía la decoración (pintó un espectacular ángel oscuro en una de las paredes: era muy talentoso para el dibujo) el asunto de los baños era clave ¿cómo separar el baño de mujeres del de hombres? (estábamos a años luz de los baños mixtos que se desean imponer ahora) Para ser sexies, eligió para el de hombres un pequeño afiche de Motley Crue en su video de Girls, Girls, Girls y para el de chicas, un poster enorme y espectacular de Axl Rose, donde aparecía en su tradicional atuendo de jeans un poco desabrochados y sin camisa... Tan genial, que para quitarle hierro a mis evidentes sentimientos por él, dije una frase que aún recuerdo:
"Cuando este bar quiebre, ese afiche debe ser mío"
Un día cualquiera -muy poco tiempo después: si mi memoria no falla no cumplió el año- nos encontramos y él traía el afiche enrollado en la mano.
Su presunta socia (que nunca le ayudó ni a levantar una tapa del suelo) tenía la mala costumbre de invitar a sus amigos al bar, y él, que carecía de firmeza empresarial (una cosa son los negocios y otra la amistad) dejó que lo convirtieran en barra libre.
Me niego a creer que mis palabras hubiesen maldecido el negocio, más bien ellos mismos atrajeron la mala suerte y "salaron" el bar (por lo que oí, tenían muchísimo sexo allí, su primer hijo fue concebido en ese lugar...). Eso y la pésima administración.
También por esa época él llegó a pensar fugazmente que su socia-novia no era lo que más le convenía y que quizás, solo quizás, podría intentarlo conmigo de nuevo...
Pero para ese entonces su hijo venía en camino y eso me sacó definitivamente de su vida.
Siempre he sido una niña buena, sometida -en apariencia- a los deseos de su padre, así que colgar un Axl Rose semidesnudo en mi habitación no era opción, pero dejarlo enrollado en cualquier parte tampoco lo era... Y teniendo en cuenta que mi habitación en esa época no tenía puerta (ponerlo en la parte de atrás quizá hubiera sido buena idea) pues... abrí mi armario, saqué toneladas de ropa y lo pegué en el fondo.
Allí está aun.
Casi nunca lo veo, está cubierto por mucha ropa...
Pero estos días que Jove volvió a mi mente, lo miré detenidamente...
Su satinado papel guarda aun tantos sueños que no se cumplieron...

Cuando Pedro se bañó en la oficina

Y si, es su nombre real, pero qué mas da, si me expulsó de su vida.
La empresa del que podría llamar mi primer trabajo serio (es decir uno que no era pasantía, ni me pagaban en negro -en mano- y me pagaban prestaciones sociales) era una casa, o para ser exacta, una serie de casas (nunca me quedó muy claro si eran dos o cuatro) unidas por un patio. Esa clase de "oficinas" suelen tener profusión de baños y nuestro despacho, que era una habitación principal devenida en sitio de trabajo por unas divisiones de aglomerado, tenía la ventaja de un baño únicamente para los 2-6 que trabajábamos ahí. Con más de 50 compañeros de trabajo, eso era tremendo lujo.
Como era habitación principal, tenía vista a la calle, donde en la tarde entraban los poderosos rayos del sol y como aun no nos ponían el blackout, se convertía en una caldera hirviente, era una completa agonía mirar las pantallas de la computadora y había que hacer streptease diario porque el calor no se podía soportar.
En una de esas, Pedro, uno de los locos más brillantes que he conocido en mi vida, amenazó con bañarse en la oficina (el baño que teníamos, como era de una ex-habitación, tenía tocador y ducha) a lo que Doc y yo aludimos que había unos papeles estorbando ahí (obvio, esa ducha se había transformado en bodega) por lo que nos retó:
- Si sacan los papeles de ahí, me baño
Doc y yo miramos las carpetas y documentos tirados en el suelo -no eran muchos- y nos miramos a los ojos unos milisengundos antes de inclinarnos y recogerlos para embutirlos en uno de los armarios que había en la habitación.
Y si, Pedro entró a la ducha y se dio un baño corto, helado y refrescante mientras nosotros montábamos guardia.
Salió fresco como una lechuga recién regada y Doc y yo no fuimos capaces de repetir esa hazaña, solo mirábamos con admiración mientras reíamos. 
Al rato llegó Luisa, que no era nuestra jefe (pero vaya que se lo creía) y después de entrar al baño salió secándose las manos con la mini toalla que allí había, a preguntarnos porqué las risas... porque verla con le muy pequeño pedazo de trapo que Pedro había usado para secarse solamente aumentaba nuestra hilaridad.
Pedro tenía cosas buenas y cosas malas, como todos los seres humanos, supongo, y supongo también que no soy el tipo de persona de quien la gente desea ambiciosa desea ser amiga, pues no puedo impulsar sus carreras...
Pero nunca olvidaré ese día, la sensación de travesura y complicidad, las risas, la calidez...
Obvio este no es Pedro, es Bradley Cooper, pero amé la imagen.

Niña...

Loco Mía, el grupo de glam español, considero que fue un grupo subvalorado, o quizás anticipado a su tiempo (aunque les fue muy bien en su época)... creo que con mejores managers y dirección, habrían perdurado hasta nuestros días...
Dejaron bellísimas canciones (nótese que no hablo de sus éxitos supercomerciales, como la canción el el mismo nombre del grupo, Locobox o similares) como Embrujo, Magia negra... Y esta bellísima canción: totalmente dedicable:


I need a kiss...
after living along a lot of time
I miss you... these...

chance a good thing, I never do (2)

No entiendo por qué,
huyes de mi,
yo necesito estar junto a ti.

Tú, que llegas sin más, 
con aire triunfal,
viertes veneno y luego te vas.

Niña.... ven...
Mira, abraza y bésame.

Niña.... no te quiero ver,
bailar sin mi... otra noche,
Niña, -niña-, no te quiero ver -I need you girl-
bailar sin mi -I can't love myself-esta noche....
Niña...

-Do it again...-

Uh que quieres de mi,
no tienes piedad,
juegas con fuego,
te puedes quemar.

Si, átame a ti, déjalo ya,
no seas tonta y no busques más.


Niña.... ven...
Mira, abraza y bésame.
Niña.... -Niña...- no te quiero ver, -I need you girl-
bailar sin mi..., -I can't love myself-
Otra noche.

Niña.... -Niña- no te quiero ver, -I need you girl-
bailar sin mi..., -I can't love myself-
Esta noche....

I need you girl...
I can't love myself...
I need you girl...


Niña.... ven...
Mira, abraza y bésame.
Niña.... -Niña...- no te quiero ver, -I need you girl-
bailar sin mi..., -I can't love myself-
Otra noche.

Niña.... -Niña- no te quiero ver, -I need you girl-
bailar sin mi..., -I can't love myself-
Esta noche...


Niña...
I need you girl...
I can't love myself...

Niña.... -Niña- no te quiero ver, -I need you girl-
bailar sin mi..., -I can't love myself-
Esta noche...
"Niña" - Locomía


Este video tiene muchas cosas buenas...

  • La letra es bellísima pese a versos inquietantes como "I can't love myself" o "chance a good thing, I never do"
  • La interpretación es increíblemente buena. Mucho mejor que los astros del autotune de ahora. Pero al decir "interpretación" no me refiero solo a cómo cantan (su entonación) sino también al sentimiento que ponen y ala manera como actúan en el video.
  • Bailan muy, pero que muy bien.
  • Son muy wapos,lo cual es deprimente porque todos son homosexuales (y así es como se pierden algunos buenos genes :'(  )
Buenas canciones de tiempos pasados...

Remedios...

Para corazones rotos
Del libro "Bueno en la cama" de Jennifer Weiner 

morir

Según varias asociaciones de eutanasia (como Derecho a Morir Dignamente) al menos el 70% de las personas que han obtenido la información de cómo hacer el uso de sus métodos no lo hacen, que les basta con saber que si desean dar ese paso, tiene las herramientas...
Y dejan que la vida siga su curso.
Tener la opción.
A veces es lo único que se necesita para seguir.

La soledad de los números primos

De Paolo Giordano
Por supuesto, para Steven
(aunque no te lo mereces,  porque sé que no has leído el libro que reseñé antes para ti)
Amo esta portada. ¿quien nos mira desde ella? ¿es Mattia? ¿Es Alice? ¿Es la soledad?
Todas las reseñas que encuentren de este libro,  mencionarán este párrafo y es que es uno de los hits que tiene :
"Entre los números primos hay algunos aún más especiales. Los matemáticos los llaman números primos gemelos: son parejas de números primos que están juntos, o mejor dicho, casi juntos, pues entre ellos media siempre un número par que los impide tocarse de verdad. Números como el 11 y el 13, el 17 y el 19, o el 41 y el 43. Mattia pensaba que Alice y él eran así, dos primos gemelos, solos y perdidos, juntos pero no lo bastante para tocarse de verdad"
Eso resume la historia: la confusa relación entre Mattia y Alice y cómo sus dos soledades no logran estar juntas, cómo ellos son, al mismo tiempo, el número primo gemelo del otro, pero son también el número par que les impide estar juntos.
Ambos tienen un trauma en su temprana infancia que los marca para siempre:
Mattia es el causante de la desaparición y presunta muerte de su hermana gemela, debido a lo cual se refugia en las matemáticas y en autolesionarse.
Alice sufre un accidente que la deja con una pierna lesionada y sufre de una grave anorexia.
A partir de ahí sus vidas se cruzan y aunque estén muy cerca nunca logran estar juntos: ni cuando Alice lo elige en una fiesta y al encerrarse juntos en una habitación, no se dan ni tan siquiera un beso, ni cuando él cruza medio mundo solo porque ella le envía una fotografía (de su adolescencia, donde vestidos de novios, se tomaron una polaroid), ni cuando él, llorando le confiesa lo inconfesable (lo que sucedió con Michela)...
Mattia se refugia en las matemáticas, hallando en ellas el orden y la precisión de que carece el mundo que lo rodea. Alice se dedica a la fotografía, buscando hacer perdurable un mundo que no tiene rumbo ni sentido... 
El libro cuenta la vida de los dos protagonistas desde la infancia hasta más o menos los 30, cuando al fin se dan cuenta que no es su destino estar juntos, que nunca serán el 1 y el 2, serán el 3 o el 5, o el 11 o el 13...
A este libro le sacaron su película, que aun no he visto, pero que ha recibido criticas no muy buenas,la verdad. Si la veo, de pronto haré un Book Vs Movie.
Además, uno de mi ídolos musicales, Mike Patton (oh yeah!) le hizo la banda sonora a la película, que pueden oir aquí:

"The Solitude of Prime Numbers (Music from the Film and Inspired By the Book)" - Mike Patton

Este libro que habla de cómo dos soledades no pueden reunirse... pero aun así, la vida sigue...

La historia del anillo

Para Jove.
Ya que decidió venir a perturbarme en sueños (después de que ni siquiera por cortesía me diera las gracias al saludo que le envié en su cumpleaños, hace poco más de un mes) quizá sea pertinente hablar de una parte de su historia, a la que llamaremos...

La historia del Anillo

Jove, a veces también Jova (obvio, no es su verdadero nombre, sino una contracción de sus nombres... me gustaba el "Jove", en su alusión al dios Zeus y a su felicidad) fue uno de los personajes más importantes en mi historia.
De él hable un poco en este post y el relato de esa relación está en este otro. Como para que tengan un poco de contexto.
¿De quén son tompas? ¿De quén? ;)
Si leyeron el post The Sorrow, recordarán que menciono que Jove y yo "nos casamos" (tengo hasta un certificado matrimonial de boda civil, que una acuciosa amiga nos consiguió) y que de ese matrimonio quedó un anillo que aun conservo.
Ese anillo tuvo un valor sentimental altísimo desde el principio (era la promesa de ese amor adolescente) pero después del final de esa historia cobró un valor aun más alto, pues, como si el destino me estuviera cobrando el dolor que le causé a Jove, pasé bastantes sinsabores en materia amorosa, ya fueran hombres que no me quisieron ya fueran los que solo jugaron conmigo.
En cada decepción amorosa, me aferraba a ese anillo, al recuerdo de ese amor, diciéndome como si fuera un mantra:
"Si me amaron -de esa manera- una vez, me volverán a amar igual"
Cada vez que caía, que me decepcionaban, que mi corazón quería romperse porque ya no aguantaba más, me aferraba a ese anillo y seguía adelante.
Así, ese anillo se convirtió en un tótem.
Como crecí, el anillo dejó de entrar en mi dedo, de modo que le busqué una caja especial y lo guardé entre algodones y lo reemplacé por uno de plata -que le robé a un personaje X-, el cual muchos años después, se desgastó a tal punto que se abrió y mi papá me lo cambió por otro, que llevo en mi mano hasta el día de hoy y que es indispensable para mi.
De ese anillo (al que podríamos llamar "Anillo III") me separé solo una vez, pero la persona elegida no lo valoró como esperaba: se lo entregué con una cadena de plata para que lo llevara al cuello (nunca pudo usarlo, le quedaba grande) que reventó varias veces y cuando llegó el día en que no se la vi puesta más, le exigí que me lo devolviera. Desde entonces está en mi dedo.
Anillo I & III
Aun ahora, que tengo una pareja estable y que mi corazón parece relativamente a salvo de las inquietudes, ese anillo sigue ahí, esperando, protegiéndome, recordándome que el amor sigue alli...

Más sueños

Y hoy le tocó el turno a Jova...
¿Por qué los amores de mi pasado han decidido venir a penarme en mis sueños?

Sueños

Anoche soñé contigo,contigo,contigo...!
Nos encontrábamos en el centro de la ciudad y veíamos un par de shows de teatro callejero...
Tan cercanos, tan estrechamente abrazados...
y ante tu pregunta:
- ¿Qué quieres?
Mi respuesta:
- Me da miedo decirlo. Si lo digo en voz alta podría hacerse realidad...Y podría complicarnos la vida
Déjame decirte que el guacamole del sueño te quedó delicioso y que prometiste hacerme más...Y también prometiste que cada vez habría menos miedo, más delicias... Cada vez ese abrazo sería más estrecho...
(no mencionamos a tu pareja, a tu pareja y su omnipresencia en esta historia...)
También evadimos a mi familia (hasta mi hermanastra estaba ahí...)
Y a mi adorable compañera de trabajo....
Sin embargo ese sueño de me dejo angustiada y triste...

Strangelove

Solo porque entre tantos altibajos, siento qu mi relación laboral es esto...
un Strangelove...
"Strangelove" - Depeche Mode

Me gusta, Me gusta, Me gusta...

Si, cuando esta canción era tu "ringback tone" soñaba que era para mi.
Oh si.
"Me gusta"  - Silvestre Dangond
Y si.
Tu me gustabas mucho.
Aún me gustas, creo, aunque hace ya mucho tiempo que no sé de ti.
De todos los varones que conozco, eres el único que llegué a considerar seriamente como amante permanente, tenias miles de deseables condiciones:
- Sin compromisos romántico/sentimentales permanentes (ya yo contribuí a poner un cuerno con muchas novias, así que una más en tu caso no era grave)
 - Con un buen puesto y salario adecuado, junto a un nivel apreciable de desprendimiento para hacerte cargo de gastos como cenas, ropa interior sexy, juguetes y sitios de estadía
- Lo bastante comprensivo como para abrazarme si estaba llorando
- Suficientemente fuerte (o sea mucho) como para hacer maromas eróticas (siempre he creído que eres el único hombre que podría cargarme sin problemas) 
- Sin deseos de nada permanente conmigo, por lo que no tendría que cargar con tu corazón atribulado.
Y así.
Pero estaba destinado a no ser, sin embargo aun miro con frecuencia mi correo, espetando volver a saber de ti...
♪ ♫ ♩ ♬ ♭ Porque tü... me gustas ♪ ♫ ♩ ♬ ♭

The Sorrow


Hay un Juego que me gusta particularmente y es Metal Gear. Hace tiempo que no le pongo un dedo encima, pero esta serie de escritos tiene que ver, como siempre, con corazones rotos (el mio y el de otros), porque me impresionó recordar y pensar como algunos personajes, específicamente los "jefes" podrían adecuarse a algunas situaciones de mi existir...
The Sorrow (el link es a la info de Wikipedia del personaje)
Sorrow fue... no podría decir que mi primer amor, pero si fue en todo caso la primera persona por la que luché. Contra los sentimientos (los propios y los ajenos) y también contra mi entorno, que no veía con ojos favorables esa relación.
Ciertamente eramos unos niños, para ser exactos, un par de adolescentes, pero estábamos dispuestos a entregar cuanto fuera dable por estar juntos, lo cual le dota de todas las cualidades para ser uno de esos amores inolvidables, especialmente por una razón, una muy especial: me correspondía a plenitud, tuvimos tiempo de vivir ese romance
Nos conocimos en la época del colegio, y debido a la casualidad de mi vagancia, que me hizo perder el año, aunque ya Sorrow tenía una fama que le precedía en ciertos círculos escolares, por ser todo un personaje de historias y leyendas estudiantiles varias, por lo que es una de esas personas que uno dice "ah, si he oído hablar de ti..."
Tengo nítido en mi mente el primer recuerdo: 
Nos conocimos mucho antes de conocernos realmente, cuando eramos muy jóvenes aun.
Distribuidos en varios sitios de mi colegio había llaves del agua, que usábamos para beberla a libre disposición o para refrescarnos en días de calor. Uno de ellos, me acerqué a una de ellas a lavarme las manos y allí estaba él, salpicándose la cara sonrojada después de hacer deporte... y como se dejara la cara húmeda, uno de sus compañeros le dijo:
-Oiga, séquese que si no le salen pecas... 
a lo que contestó, con olímpico desprecio por las normas: 
- Me vale wevo... - fue la sucinta respuesta.
No sé por qué tal desenfado (y algo en su cara, que aún no era pecosa) me encantó; pero era 4 años (y estaba dos grados por debajo del mío) menor que yo, así que hasta ahí llegó esa fugaz primera experiencia.
Me enamoré. me desencanté, empecé el largo camino que me hizo ver desde muy joven que el asunto del amor era caro empeño, cosa complicada queridos lectores.
Y entre unas y otras, perdí dos años de colegio. Décimo grado, como dice la canción.
Eso significó que cuando cursaba mi penúltimo año, coincidimos en el aula.
Le llamaban "tintín" por su parecido con la caricatura de Hergé y aunque para cuando lo conocí había perdido el copete, salvo por el color castaño de su cabello vaya que era muy, muy parecido:
La forma de conocernos fue increíble (aunque todo en esa relación lo fue): 
Él era un "chico malo" así que se sentaba en la parte de atrás del aula, yo era una niña bien (y pese a los dos años perdidos) juiciosa y estudiosa y me sentaba al frente (principalmente porque aun no había empezado a usar lentes y no veía el tablero si no me sentaba ahí), por lo que pasaron algunos días antes de detectarnos, hasta que un día el detestable profesor de filosofía (es un milagro que tal personaje no haya matado mi gusto por esa materia) nos puso a hacer un trabajo en grupo sobre los valores "Y elijan a uno para que sea su vocero", y en medio de las mediocridades habituales, descollamos por nuestro manejo escénico y del tema: fuimos las más altas calificaciones entre 10 grupos, nada mal para un tercer día de clase. 
Por si la exhibición de su inteligencia no fuese suficiente, después mostró su sentido del humor (y su desafío al orden establecido que me llamó la atención la primera vez que se hizo notar ante mi), se ha parado este hombre detrás del profesor y empezó a hacer monerias a sus espaldas haciendo que casi, casi, me riera a carcajadas (me contuve: habría sido difícil explicarle al lascivo profesor por qué me reía en sus bigotes), lo que trajo a mi mente este pensamiento:
"Caramba, este chico es, al menos, tan listo como yo"
Obvio, me faltaba mucho por vivir para darme cuenta que no sabía nada, pero mi diagnóstico no erró: es uno de los hombres más inteligentes y cultos que he conocido en mi vida.
Fue así como con el paso de las clases pudimos ir viendo cada uno en el otro las cosas que nos agradaban, irnos conociendo, ir saboreando ese mutuo descubrirnos. 
A raíz de esta favorable primera impresión (nunca le pregunté cuál fue su primera impresión de mi, pero a todas luces también fue buena) empezamos a trabajar juntos y al poco tiempo éramos inseparables. Aun así, no eramos sino un par de locos que evaluábamos el estar o no juntos.
Él tenía su grupo de amigos (que habían empezado a estudiar juntos desde el primer grado) y ellos me incluyeron con entusiasmo en el grupo, que pasó a llamarse "Bhomblet" (o algo similar) por las iniciales de los nombres de todos. Verán por el número de letras que éramos un grupo respetable numéricamente hablando.
Entre marzo y abril empezó esa etapa maravillosa de toda relación: la conquista.
Dado que mi casa era la que quedaba más cerca al cole, pues empezó a visitarme, logrando así ir poco a poco metiéndose en mi corazón y claro es, conquistando la antipatía de casi toda mi familia (la excepción era mi hermanito, pues habían estado en el mismo curso antes).
¿Qué sucedió en ese tiempo especial? lo que sucede siempre en estas etapas: largas caminatas, montones de preguntas, el sobresalto al sentir de qué manera la mano del uno encajaba perfecto en la del otro. Recuerdo con nitidez (Cómo no iba a hacerlo?) nuestro primer beso: tímido, dulce, solo un roce delicado de nuestros labios, un poco de calor, un poco de presión, el leve sabor de su aliento.... y la sensación de tener un letrero en la frente donde decía "me han besado" (No, no fue ese mi primer beso, pero el impacto de ese beso es indescriptible), y le decía "no sé con que cara miraremos a nuestros compañeros mañana".
Él fue mi primer novio (digamos el segundo, pero es que con el primero no duré ni lo que dura un merengue en la puerta de una escuela) y la forma en que se me declaró fue de novela:
Durante nuestra breve amistad (dos o tres meses, quizá) me contó de su prima (con quien perdió la virginidad), de sus cortos años de vida, del padre que le dejó abandonado, de las circunstancias de su nacimiento y... además de la oposición de mi familia, había algo más: Otra persona dentro de su corazón, convirtiéndome así en su segunda opción. Me lo dijo un día de principios de abril, y como de costumbre traté de minimizar el dolor que me causó dicha revelación, tomándolo a broma, (siempre lo hago) y casi que autorizando que fuera y siguiera los que consideraba eran los "impulsos de su corazón", asi que dándomelas de valiente, lo insté a que averiguara si era posible tener una relación con ella, demostrando estar tan más allá de todo, que hasta le aposté:
- Te apuesto una caja de chocolates a que ella te dice que si.
Obviamente que no era eso lo que deseaba decirle, pero se lo dije igual, y cuando se marchó a indagar por el resultado de su gestión, yo busqué la chaqueta más abrigada de mi armario, verifiqué que tuviese capucha y salí a caminar y a llorar por todo el barrio, por todos esos lugares que habían sido testigos de ese mutuo descubrimiento. Llovía.
Trato siempre de hacerme fuerte y un corazón roto no era el fin de mi existencia... seguí mi vida y aunque estuviéramos la misma sala, dejé de hablarle y no nos vimos por un par de días... Hasta que me buscó...
Una tarde, después del colegio, salí como muchas tardes a ayudar a lavar el auto de mi padre, muy triste (hacerse la heroína cuesta), muy enfadada (mi hermanito debía ayudarme y no lo hacía) y empecé mi labor, cuando la llamada a gritos de mi hermano para que acudiera a casa me enfadó aun más... imaginen mi sorpresa cuando a quien encuentro en la puerta de la casa es a Jove quien con una cara radiante y una expresión tal que las únicas palabras -absurdas- que salieron de mi boca fueron:
-ay no... perdí la apuesta
A lo que contestó un "si" dicho con toda su alma para darme un abrazo muy fuerte y un beso.
Tal vez sea presunción mía, pero  a la distancia creo que él no quería realmente estar con ella y que su negativa lo alivió... por eso corrió hacia mi.
Así empezó nuestro noviazgo, uno de los más importantes en mi vida.
Él fue el primer novio que presenté en mi casa y para mí era un summun de perfecciones, desde su carita pecosa (si, obvio, finalmente, después de varios años de rociarse la cara con agua y exponerse al sol sin secarse, le salieron pecas) hasta su cuerpo delgado. Desde lo mucho que sabía de libros y mitología hasta los traumas de su pasado.
Eramos una pareja joven, inocente, tan normales... él iba a mi casa yo a la suya, hubo salidas, peleas y reconciliaciones.
Hubo una curiosa: salimos con su madre y su hermanita a un parque, él se disgustó con ellas y mientras corrí a contentarlo, resultó desgranándome sus penas (y parte de su personalidad) junto a una casa. Casa que yo habitaría casi 12 años después. Extraña coincidencia.
Él me escribía, escribía a mano y todo el tiempo: cartas, tarjetas, cuentos...
Son aquellas cosas que tengo en uno de mis baúles cerrados: La cajita de chocolates.
Recuerdo que un día de cumpleaños (el único que pude pasar con él) me invitó a cine y vimos Hércules de Disney, (se convirtió en una de mis películas favoritas, me sé las canciones y todo) comimos pizza y me regaló un par de guantes para reponer unos de los que misteriosamente perdió uno (mucho tiempo después me confesó que se lo había quedado).
Hacíamos planes, muchos planes juntos.
Acabaríamos el colegio y....
y como nuestro amor era invencible, pues los amigos del grupo conspiraron para que "nos casáramos".
Pusieron anillos, pastel, ramo de flores y una tarde a la salida del colegio, Bernardo, cual sacrílego clérigo, nos declaró marido y mujer.
Jove puso en mi anular un anillo sencillo de color plateado y yo hice lo propio con él y con un beso sellamos nuestro eterno amor.
Ese anillo es importante en mi historia. Aun lo conservo.
Hacíamos planes: terminaríamos el colegio, yo entraría a estudiar literatura (no recuerdo ya que deseaba estudiar él) y al graduarnos de profesionales nos casaríamos, tendríamos una casita para los dos (de hecho, él ya tenía casa propia, pero en ese momento ni yo lo sabía ni me hubiera importado) y seríamos eternamente felices....
He de aclarar que estudié en un colegio de monjas (si, un colegio de monjas mixto) y por lo tanto se hacía, al menos una vez cada año, un retiro espiritual, que por lo general era de 3 a 5 días, pero que por problemas de presupuesto ese año se redujo a un solo día.
Allá en medio de reflexiones y trabajo a conciencia, el confesó que estaba empezando a usar drogas y a mí el mundo se me partió en dos.
Que cómo así, que cómo fue, que ajá.
Nunca lo hubiera sospechado y para mi fue consternador saber eso. La directora del curso intervino de inmediato y le sugirió entrar a un programa especial para impedir que su asunto con las drogas pasara a mayores.
Eso pasó a fines del mes de Agosto.
En septiembre (a mediados) ya todo se había resuelto, y por tanto estaba decidida su fecha de partida que era el 21 del mes.
Unos días antes, nos tocó una actividad extracurricular fuera del colegio, y una vez terminada fuimos juntos al planetario de la ciudad, donde mientras caía una lluvia de estrellas fugaces simuladas, pedí como deseo que ese amor...
El fín de semana anterior a su partida, fuimos a una de las tantas fiestas de pago que organizaba mi hermano y allí, oyendo la canción que siempre me lo recordará, nos despedimos. Aun hoy no puedo escuchar esa canción sin entristecerme.
"Que nunca me falte" - Gustavo Rodríguez

Como el programa al que lo ingresaron era de tipo internado, nos juramos esperarnos, igual, el programa duraba de seis meses a dos años, y el sería muy juicioso y saldría pronto, mientras yo encendería velas de rodillas ante el altar de ese amor...

Me dejó una carta de despedida, donde me pedía que lo esperara, que nos casaríamos tan pronto yo lo deseara: que si quería hacerlo al terminar el colegio así sería y si quería esperar a la universidad, también, el me esperaría y nuestra anhelada felicidad sería una realidad....
Y mientras tanto, nos consolábamos con cartas.
Muchas, muchísimas cartas le escribí en ese tiempo, hice una carpeta con recuerdos para el...
y lloré.
Sobretodo, lloré.
Meses llorando todas las noches (también algunos días), escribiéndole y soportando las miradas de lástima de todo el mundo en la escuela.
Tanto que hasta la directora del curso (si, la misma que le sugirió internarse) ya estaba preocupada por mi aspecto macilento, mis ojos hinchados y mi cara de mártir.
Duré así poco más de tres meses, en los que nunca recibí ni una respuesta a mis cartas y solo dos llamadas telefónica, que me rompió el corazón del dolor; Su madre me contó que por normas del sitio, él no debía comunicarse con nadie fuera de su estricta familia (ni siquiera con quienes como yo, se consideraban una influencia positiva) y por eso no podía responderme, (sabe Dios cuanto le costó conseguir el permiso para hacer esas llamadas) pero que todo iba bien, que tranquila... 
Hasta que un día su madre me confesó que él nunca recibió ninguna de las cartas y paquetes que le envié, que no debía volverlo a ver, nunca, y su madre me lo dijo entregándome casi un año de cartas y regalos que él nunca recibió.
Ahí me derrumbé del todo y me di cuenta que esperar, sola y sin saber el qué no tenía sentido.
Me quité el traje de viuda inconsolable y empecé a vivir...
me enredé con un tipo (relación fugaz pero con una historia hasta de lo más curiosa que puede que después cuente) 
Y creo que eso, él nunca me lo perdonó.
He de decir que los propuestos seis meses de internamiento se convirtieron en año y medio, que fue largo y doloroso...
Así, salió de mi vida.
"La razón de mi vida" - Victor Manuelle
Su canción para mi. Una de las. La principal.
Algún tiempo después, me enteré que a quien le preguntaba por mi, respondía más o menos, con esta canción.
Pasaron seis años
Sí, los mismos seis años que nos habíamos acordado dejar pasar antes de casarnos y por un montón de casualidades, (las escribí en un listado y fueron más de 8) nos encontramos, un día. Qué sorpresa. Qué huracán. No me sostenían las rodillas.
Al día siguiente fui a visitarlo a su casa y estuvimos juntos todo el día.
Y viví lo más cercano a una convivencia, como pareja, con otra persona. Con él.
Durante nuestro breve e infantil noviazgo fue obvio para mi que él me deseaba, pero respetó mi deseo de no tener sexo y en ese día de encuentro después de tanta vida vivida lejos el uno del otro, nos entregamos el uno al otro.
Al anochecer, fuimos juntos aun bar a tomar algo y ahí supe que para él, había sido una Rosa (me había escrito un cuento con ese tema, y en el bar me cantó la canción de mecano) y también supe que había perdido (por esa intrascendente aventura que mencioné) el derecho a rehacer nuestra historia, a escribir algo nuevo a su lado.
Lo resumió con una frase lapidaria:
"No tengo nada que ofrecerte. Ni a ti  ni a nadie"
A pesar de ello, pasaron los meses y estuve a su lado mientras montaba su negocio y le ayudé más que su presunta socia: desde pintar paredes hasta limpiar baños. Una vez más era su porrista número 1 y estaba dispuesta a todo para que viera cuánto deseaba apoyarle...
Pero mientras yo yo agonizaba de amor (de nuevo), él inició una nueva relación, que yo debía ver a la distancia, mordiéndome los labios...
Recuerdo un día....
Era su fiesta de cumpleaños y su pareja le llevó serenata. Yo asistía a esa fiesta, cual convidado de piedra, celebrando un amor que no me pertenecía... Cuando no pude resistirlo más, me fui y con la excusa de acompañarme, salió conmigo y lejos de miradas indiscretas me besó.
Y lloré de nuevo en el camino a casa
(Pequeña anotación: al día siguiente desahogué mi pena -la puñalada que fue ese beso- preguntando "Por que los hombres sois tan desgraciados?" llorando en brazos de quien, mucho tiempo después, sería mi pareja)

Con el paso del tiempo, ella quedó embarazada de él y formalizaron su relación. Ahora tienen dos niños que son idénticos a su padre.
Él salió de mi vida, pues no soy mujer capaz de destrozar un hogar, pero seguimos en contacto, de vez en cuando.
Él ha olvidado (presuntamente) cosas sobre mi (como mi día de cumpleaños) mientras yo recuerdo todo de él: desde el tono exacto de su piel pecosa hasta el sabor a sal de las lágrimas que le vi derramar. El por qué alguien tan culto tiene tan terrible ortografía, qué música le gustaba y las comidas que prefería, su maestría para hacer cometas o la manera en que escribía.
Y es curioso, porque he olvidado mis aportes a su vida: no recuerdo qué canciones le dedicaba o si alguna vez cociné para él. Tengo una extraña amnesia selectiva.
Es Sorrow en mi vida porque lo lastimé, sin desearlo, sin querer hacerlo pero lo hice.
Por eso se (nos?) negó otra oportunidad.
Es el único que me cobrarán en el infierno.