El sueño

Entrada que quizás nunca sea publicada y que remite a este post:)

Julio 10, 2014:
Íbamos juntos, en tu auto (de color gris, un 4 puertas normal), veníamos de realizar algunas gestiones tuyas... y de repente me he puesto cariñosa contigo, así que empecé a acariciarte suavemente la cara y entonces extendiste tu brazo y me acercaste a ti...

Creo que en el sueño ya estabas casado (durante todo el sueño tuve esa sensación de estar haciendo algo que no debía, y no solo por mi ) y de hecho, llevábamos dos o tres postres blandos y cremositos, y yo sabía, en la nebulosa de los sueños, que uno era para la mujer que elegiste como esposa, aunque su nombre (o incluso ese hecho) nunca se mencionaba entre nosotros.

... Y yo sintiendo que me dabas luz verde para seguir, empecé a acariciarte algo más que la cara...

Debemos tener en cuenta que estábamos en un carro, de modo que estábamos completamente vestidos, pero la biología nos ha premiado con una extensa geografía de placer, distribuida por todo el cuerpo de los seres humanos, así que nunca toqué tus genitales, pero había mucho con lo qué entretenerme.

...Y tú solo pasabas saliva mientras conducías, porque todo el tiempo estuvo el auto en movimiento; tomé uno de los postres que teníamos y empecé a ponerlo en algunas partes de tu cuerpo y a lamerlos, besarlos y chuparlos untados por la crema: Tus orejas sonrosadas, tus mejillas, los dedos de una mano, tu pecho cubierto por una de tus muchas camisas formales de cuadros...

Nunca supe que pensar exactamente de tu forma de vestir, pero para mi siempre te veías maravilloso, excepto el día que combinaste la consabida camisa de cuadros con un pantalón de prenses y vi a Forrest Gump encarnado en ti.

...Llegó el momento en que no resististe más (empezabas ya a respirar pesadamente, cada vez era más lenta la velocidad del viaje) y buscando tranquilidad para disfrutar de mis mimos, estacionaste el auto a un costado de la vía... Justo en el hospital, pero en la acera del frente.  Poco nos importaba estar en plena vía pública. O eso parecía, pues cuando uno de los hombres que esperaban frente al hospital (era una entrada de urgencias) decidió que era mucho más interesante lo que en el carro sucedía y se asomó a saludar, tuve que parar...

No sería la primera vez que me pasaba contigo. En la vida real solo pasó una vez: después de un día de sol intenso y diversión, empezaste a besarme con tal pasión que todos quienes estaban en esa plaza en ese día de navidad empezaron a mirarnos y a comentar; Me sentí tan abochornada por esa muestra de deseo pública que te frené. Aun a veces me arrepiento de eso.

... Y me alejé de tu silla, sentándome de manera muy correcta en el auto del copiloto. Levantaste la cara, agarraste el volante con más fuerza y encendiste el auto. Al tiempo que sonaba el ronroneo del motor dijiste "ahora ya eres persona"...

Esa frase encendió mi ira instantáneamente. Siempre supe, durante nuestra corta relación que yo no era importante para ti, que si mucho, te hacía sentir deseo, afecto, pero nunca el amor que hubiera hecho que apostaras a tener una relación conmigo. Esa sola frase (ya que yo doy mucho valor a la palabra dicha) podría arruinar el momento.

... y con voz airada, te pregunté "¿Si? y entonces ¿antes qué era?"...

Era tu oportunidad de desembarrarla

... Con un suspiro satisfecho y esa risita que a veces haces y que adoro, me dijiste "Eres un postre más"...

... Entonces, desperté.

PD: No sé qué pintaba la baraja de naipes. Solo sé que estaba en el auto y yo la cogía un par de veces mientras dábamos vueltas a la manzana.

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