"Casate con la persona que si fuera de tu mismo sexo, sería tu mejor amigo"
Es un proverbio chino muy antiguo, y he ahí lo que perdí.
La única persona en quien confiaba en un 100%.
Decir esto es injusto con los tres baluartes que han estado al pie de mi cañón todo este tiempo (Generoso, Ingeniero y Mejor Amigo, en ese orden), pero cuando tu pareja es tu mejor amigo es una relación que no se puede reemplazar, por muchos amigos buenos que haya a tu alrededor.
Son los secretos contados entre dos sábanas, o que sabía cómo solucionar que el calor me desesperara en eternos viajes en transporte público, o que rajaba por igual conmigo de la amiga mantenida, que lamentaba que el mejor amigo se gastara la plata en una novia indigna, que sabía cómo tranquilizarme en mis ataques de furia, que no levantaba la ceja en señal de reprobación si con el rosbif pedía patacones además de papas, que comía helados de crema y le bajaba el volumen al partido de fútbol (y a las maldiciones) si yo estaba en la misma habitación, o que era simplemente tranquilizante estar juntos, así cada uno estuviera en su propio PC haciendo sus cosas.
Saber que exhalábamos en la misma habitación y que bastaba levantar la vista para contemplarnos un rato era felicidad.
Sentirse acompañados, así estuviéramos solos.
Las miles de cosas que solo podía compartir con él (música, comida, cine, premios...)
Hablar mal de mi familia, amigos, compañeros y hasta de mi misma sin que me juzgara.
Celebrar pendejadas, cocinar, ir de compras y saber que había un lugar geográfico en el mundo donde siempre sería bien recibida y donde bastaba cerrar una puerta para aislarnos del mundo.
Uno ya debería saber que algo malo pasará cuando se lastima el anular de la mano derecha. |
Me lastimé la mano, por ponerme a hurgar lo que no debía.
A veces me pregunto si no habré hecho lo mismo con esta relación, porque me bastaba levantar un dedo para que no se hubiera ido del país.
Pero lo hice.
Y no me arrepiento, aunque duele, duele, duele, duele, duele....
No es injusto lo que dice con respecto a sus amigos que la han acompañado... solamente que con esa persona se comparte de una manera tal, que parece que cuando se va, deja un espacio vacío que jamás se podrá llenar completamente de nuevo. Eso es lo que me parece.
ResponderEliminarY es bueno que dos de los tres baluartes que menciona la apoyen con más tiempo y mayor incondicionalidad.
Paz...
Duele mucho, pero soy afortunada. Hay muchos que ni siquiera tienen alguien a su lado
ResponderEliminarHabla Robert Kyosaki (la figura más destacada de la inteligencia financiera) que buscar una pareja es como buscar un socio: que sus virtudes llenen mis vacíos y viceversa. Una mujer es más analítica en ese aspecto, es decir, se fija más en los pros y los contras de su contraparte masculina que el hombre (el hombre se deja impactar más por el físico que por la razón última que tendrá que aguantarse o administrar: los defectos de la otra persona). Puede que eso explique por qué razón un hombre promedio consiga pareja más rápido que una mujer promedio. Y usualmente la inercia de las relaciones es más alta en la persona que se enamoró más profundamente, que siente que dio más, que en la persona que de a pocos fue apagando su sentimiento hasta dar la espalda y decir adiós.
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