Corbatas....!

♫ aclaratoria: este post surge después de leer este artículo
Digan si esta corbata no es un hit

Ah las corbatas!
Las corbatas y yo hemos tenido nuestra historia, una historia de amor - odio.
Lo primero con ellas es que pasé por un sitio de estudios donde el uso de tal prenda era obligatoria. Al mismo tiempo que nos daba algo de cachet  las chicas peleábamos para que nos las cambiaran por una pañoleta, chalina o bufanda, porque nos parecía cualquier cosa menos femenina (las corbatas eran negras y sin ninguna gracia...).
En ese lugar aprendí a hacer nudos de corbata, y de la forma más graciosa: una compañera, tratando de coquetearle a un compañero, le pedía todas las mañanas que le realizara el nudo de su corbata. Al tercer día, según las escrituras, el tipo se mamó y prefirió explicarle cómo se hace. Debo decir sin modestia que yo aprendí primero que ella y eso que explicación no era para mí.
Ese es el único nudo de corbata que sé hacer correctamente y que ahora descubro, corresponde al "medio Windsord".
Las corbatas siempre se han distinguido por ser parte del atuendo masculino formal, y resultan seductoras, por decir lo menos, aunque a los varones también les pasa lo mismo (los seduce), así sea por puro contraste, ya que en general el traje femenino no la incluye.
Supuestamente las corbatas son (eran?) un símbolo de estatus, pues eran prendas muy caras: caras de comprar (hasta 10 dólares, según marca, local y comprador) y caras de mantener (de uno a dos dólares la lavada...) así que no cualquiera podía darse el lujo de tenerlas... ahora es más sencillo, entre otras porque ya no es necesario que sean en seda. Hasta hace no muchos años una fina corbata era el regalo ideal para un varon.
Mi experiencia erótica con las corbatas ha sido muy poca, en general solo uno o dos suspiros al ver algún encorbatado, (una vez escribí para una convocatoria un pequeño cuento sobre el tema... ¿qué se habrá hecho ese escrito, ah?)  pero logré una muy concreta:
Cuando estudiaba en el mencionado lugar, una vez tuve que salir con uno de mis compañeros a hacer varias gestiones a una de las oficinas públicas de la ciudad, el Ministerio de Educación, si no me falla la memoria. La persona que nos esperaba nos dejó en una oficina, mientras se iba a buscar unos papeles... ¿qué hace una si la dejan encerrada con un tipo tremendamente atractivo (era el rompecorazones de mi promoción) con el que había química y que al inclinarse sobre tí le colgaba la punta de su elegante corbata (los varones, y más los coquetos como él si le gastaban a una buena prenda) al nivel de tus manos? Pues nada, jalarlo con todo y silla (menos mal la silla tenía ruedas) y darle un beso de antología. De esos que se terminan el aire de una habitación en segundos.
Cuando dí una pausa para respirar, solo pudo sonreír... y muy a tiempo, ya que poco después entró quien nos había convocado.
Y hablando de corbatas... Tuve un jefe (aunque sería más justo llamarlo "mentor") con una costosa (e impresionante) colección de corbatas (mantenía tres o cuatro en cajitas en los cajones de su escritorio, junto a un frasco enorme de loción... pequeño paréntesis, el man se perfumaba como Cleopatra, se olía a millas de ditancia...) ) de la que recuerdo una en especial: era de color rosa, con minúsculos patitos amarillos. Esa corbata siempre me causó curiosidad y a él, con sus orejas de elfo y cara de pillo le sentaba de maravilla.
Uno de los típicos deseos soft porn de toda chica es darse el gusto de desvestir a un tipo de corbata, e incluso merendárselo con la corbata puesta. Guardando las proporciones, es como los tirantes, lo más cercano al atractivo de un liguero, para hombres.
Ah, las corbatas...

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