Cuestión de Matices

Lo publico sin terminar, ya que no se si vistas las circunstancias vale la pena que el destinatario lo lea...

"No seas lineal... Cómo si no existieran los matices... Hasta en el deseo los hay... Por eso puedo permitirme desearte ahora, aunque no soy capaz de hacer de ese deseo un flujo continuo".

Marcela Serrano - El Albergue de las Mujeres Tristes

La pregunta es ¿por cuál de todos empezar? ¿por el pasado o por mi presente?

Empecemos... por el principio:

El pasao' (que se note que estoy en la costa ;)  )

El principal matiz que tenía el pasado y que afortunadamente no posee el del deseo contigo es la falta de afecto. El deseo per se.
La mayor parte de las veces cometí el error de entregarme por completo a personas que no me brindaban ese afecto que me es necesario y al final cambiaban un poco de mi corazón por una porción de amargura y resentimiento.
Y en un par (si, solo dos) de ocasiones, me guardé el deseo (llevando a extremos insospechados a otros participantes): La primera, porque era, verdaderamente, un premio inmerecido para tal personaje. Sabiéndolo manejé la situación a mi antojo.... menos mal la falta de afecto era verdaderamente correspondida, asi que no tuve dudas, ni cuando me fuí, quedó culpa o dolor. Lo único que lamento son los dos libros que se quedó

La segunda vez no cedí por miedo... aunque la canción "feel" ha quedado grabada a fuego en mi mente como recordatorio de un inolvidable momento que estuvo a punto de ser... y no fue.
Y a veces me arrepiento de ello. Pero no mucho. Así lo recuerdo.

Un diseño que me encontré por ahí y es nítida, una versión moderna de "El sueño de la esposa del pescador"

el presente:

Lo que resulta más evidente de este presente son las cosas no dichas.Las cosas que deseo oir, y no se me dicen.
Soy de esas raras personas a quienes aun les gusta que les digan las cosas: "te amo" y "te deseo" (entre otras expresiones un poco más fuertes, sexualmente hablando) son parte de lo que necesito para sentir que me corresponden... y mi actual pareja es parca con esas expresiones. Su juventud e inexperiencia acentúan su natural pudor y timidez ante esos temas. Y aunque a veces pueda llegar a ser un rasgo encantador, carajo si saca la piedra -afortunadamente, en contadas ocasiones-

Tu te has dedicado a suplir con creces ese vacío.... nada me excita más que leerte cuando describes con precisión lo que te hago sentir, lo que desearías hacerme, la forma como me incitas a hablar (en nuestro caso a escribir) más de la cuenta, a que se desaten mis deseos linguísticos y deje de lado la poesía por un poco de lujuria descarnada y deliciosa.
Ambos tenemos una extensa y explícita conversación al respecto, que (al menos en mi caso) sirve para ponerle algo de calor a las noches demasiado frías.