Declaraciones

Ayer fue un día extraño.
Esa persona de mi pasado ha regresado a mi vida, con todo el dolor de su presente, con todos sus recuerdos ávidos del pasado.
La mirada apagada y temerosa de sus ojos verdes, su aspecto de ejecutivo formal y exitoso...
No fue nada especial. Solo un café y sus miles de preguntas para saber si soy feliz, si...
Volvió. 
Y sé que seguirá volviendo de forma esporádica, cuando necesite consuelo, cuando necesite un hombro en el qué llorar... porque no creo que pueda ofrecerle más.
Mi situación sentimental es tan complicada ahora...
Ni aunque quisiera voy a darle esperanzas.
No quiero más de lo mismo, porque, concretamente hoy, siento que no me puedo levantar.
***
A todos los efectos, es un desconocido. Me hizo muchas preguntas sobre mi vida y mis hechos y estuve tentada de contarle el secreto que no he contado a nadie, ni siquiera a mi mejor amigo que me tuvo que secar lágrimas hoy.
Contarle que es tan difícil estar lejos, desear sin obtener, esperar una esporádica sorpresa... no poder planear.
Tener solo derecho a las migajas que caen de la mesa.
No sé cuanto mas pueda resistir esta situación
Incluso pensé en escribirle a ella, que también pasó por esta situación, para saber cuanto resistió, qué la rompió, por qué ya no pudo más...
***
Es tan triste sentirse la niña fastidiosa con quien nadie desea estar...
Porque esas fueron sus palabras
"eras demasiado bulliciosa y extrovertida, exhuberante... y eso no me gusta... no me gustaba..."
tal y como se lo dije
"Soy un fastidio, entonces... no te sientas mal, me lo han dicho a la cara"

Soy un fastidio.
por querer atención, afecto, amor...
por preocuparme...

Que dure hasta el lunes

"Un beso que me dure hasta el lunes" - Salsa Kids

Agridulce

En este lugar pasé uno de los momentos más románticos y también uno de los más tristes de mi vida.
El primero fue cuando una persona amada me pidió que fuera su novia. Una declaración sin muchas formalidades (estábamos simplemente sentados en la calle, cuando me tomó de la mano y me lo pidió) y después fuimos allí a beber algo... la decoración de paneles de madera y camisetas deportivas era tan adecuada para nuestro estado de ánimo... nos mirábamos embobados y tan felices que una de las atracciones del lugar, un mago que hacía trucos de barajas para los clientes notó de inmediato que éramos una pareja... Allí empezó la costumbre de que siempre pruebo su cerveza (suele ser más rica que la mía).
Fue un momento tan bello y tan especial...
***
El segundo fue poco más de un mes después cuando celebré su cumpleaños... Dioses, me esforcé mucho para darle un montón de pequeñas cositas que le demostraran cuanto le quería: un cuentito hecho a mano, un pisapapeles también hecho por mi y otras cosas más.
Por supuesto, no olvidé el pastel de chocolate, su favorito... pero este debimos ir a comerlo fuera y no porque hubiera problema en el sitio en sí sino porque... cuando empezó a llenarse el sitio, el miedo de que le vieran conmigo se apoderó de él y sin siquiera disimular su aprehensión me sacó de allí.
Resistí el resto de la noche (es más, traté de entender sus motivos) pero llegué a casa a llorar. Ahí empecé a despedirme de él. Y prometí que nunca jamás volvería a pisar ese lugar. Jamás.
Poco más de 24 horas después ocurrió un incidente tan grave que me convenció que nada de lo que yo hiciera sería suficiente para él. Un sensación que aun no se disipa del todo.
***
Ahora ese sitio está en venta, lo que significa que en efecto nunca lo voy a volver a pisar (aunque volviera al lugar geográfico, ya no sería igual) y en cierto modo, me alegra.
Puede que signifique el fin de una época...