Envidio a las mujeres misteriosas, las que despiertan curiosidad en los hombres.
Las que convocan sus lágrimas a voluntad,
Las que con una mirada enfurecida obtienen lo que quieren.
Las que lo maman rico y con eso someten a un hombre (y hasta varios...) a sus caprichos.
Las que con una mirada hacen saltar corazones,
las que con su larguísimo cabello hacen flotar a los demás.
A las mujeres con curvas de vértigo, donde cualquier hombre desearía estrellarse
y a esas que a punta de escote consiguen tragos en el bar.
También a las Florence Nightingale que a punta de compasión, suavizan el camino ajeno,
a las compasivas Madres Teresa, desinteresadas y altruistas...
También a las feas irremediables, a las que a punta de cerebro mueven el mundo,
a las que sacan teorías, cantan bonito o danzan como ángeles.
A las que la locura les hace producir obras maestras, escriben o pintan...
Pero solo puedo ser yo.
Mediocre y pelietas...
solo yo...
que no llamo la atención,
si no es por los motivos menos adecuados...
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