Se le olvidó la casa de barro de dónde salió y no precisamente gracias a su esfuerzo.
Y ahora se da el lujo de mirarnos a otros por encima del hombro.

1. 
El problema de mis sueños es, creo, que lo quiero todo, no quiero sueños a medias.

Tengo el dinero para cumplir uno de mis sueños más "caros" (Del Italiano "Caro" que significa "querido"): comprar un espacio donde pueda vivir sola.
Pero no quiero algo demasiado pequeño ni tampoco en un sitio donde no me agrade vivir.
No quiero estar muy cerca por si las cosas fracasan pero tampoco tan lejos que sea un detonante...

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2.
Cuando me siento triste, me castigo de forma inconsciente y boba. No como, por ejemplo (porque trato de no comer por ansiedad) o en un día como hoy, no saco la sombrilla del bolso, para mojarme.
Aun no entiendo por qué lo hago, pero lo hago.
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3.
No me gusta llorar, lo odio.
Llorar me hace sentir débil.
Llorar puede que alivie en algo, pero no soluciona nada. Y en este momento requiero soluciones, no ríos de lágrimas.
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4.
Me puse a ver videos de Dross. Ojalá no tenga pesadillas y me coja el sueño. Suficiente fue soñar con mis lentes rotos, que supuestamente presagia problemas. Como si no tuviera suficientes, caray.
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5. 
Al mismo tiempo me siento una bebé pataletosa que solo quiere atención porque no tiene oficio. Hay gente que la tiene mucho más dura que yo. Y ahí van.