Revolcón

Siempre has tenido un 
no-sé-que-ni-sé-donde
que hace que a veces, tenga deseos de pegarme un buen revolcón con vos
La foto la encontré de casualidad. 
Hay fotos más explícitas de la palabra revolcón, pero con vos me gustan las sutilezas, eres lo bastante inteligente para captarlas

A veces cuando hablo contigo, me muero de ganas de estar con vos.
Realmente, muero.
Muero por caminar contigo fuera de la ciudad, de la mano. Eres de las pocas personas que tomo de la mano sin líos. Ni lios para vos ni lios para mi.
A veces pienso que si siempre nuestras relaciones fueran así, serías mi amante ideal.
Y amante en la manera precisa de esa palabra: es decir, el que está en la sombra, al que llamo solo cuando se me antoja, al que no busco a toda hora y que sabe que no me debe buscar porque quien manda soy yo.
Pero...
Eres como eres.
  • Así que, en primera, no te haría esa mala pasada de tratarte como un trapo con uso de libre disposición. Te quiero demasiado para eso, la verdad.
  • En segunda, no sé realmente qué sientes por mi. Bueno, en realidad tengo una idea muy aproximada de qué sientes por mi, pero lo que está en la total sombra es el qué te produzco, qué sensaciones le causo a tu cuerpo cuando me aprietas entre tus brazos, o cuando ves nuestras figuras reflejadas en un vidrio. Hay que tener en cuenta que, de todos modos, aunque nos conocemos hace ya bastante tiempo (Y... ¡cómo pasa el tiempo!) nuestra convivencia ha sido poca. Te lo confieso: me arrepiento de no haberte metido en mi cama el día que estuviste en mi casa, así hubiera sido solo para dormir entre tus brazos, que debe ser toda una experiencia, con sexo o sin el (y eso es lo que tanta gente parece pasar por alto).
  • Como Tercero, creo que ya mencioné que convivimos poco. He estado una sola vez en tu casa y tu muy pocas (una sola en privado) en la mía. En ambas la ocasión ha sido propicia para hacer cuanto queramos el uno con el otro, pero creo que ninguno de los dos estaba muy receptivo, así que, a la larga, dio igual.
  • Está la Cuarta, firmemente emparentada con la segunda. No he hecho el propósito consiente de seducirte, -pero te coqueteo como un berraco. A veces siento que ni te das cuenta, a veces pienso que prefieres ignorarlo- porque temo a tu reacción. Tu no lo has hecho, no sé por qué (si es por lo mismo, somos un par de idiotas) de modo que no sé a que atenerme.
  • Tengo una Quinta, y es que tu forma de ser a veces me agota. Sinceramente, no sé si toleraría más de 24 horas contigo.
  • y hay una Sexta: tiendo a cometer estupidez de enamorarme. Vamos, que no puedo compartir mi vida así como así con alguien y no darle una buena porción de mi corazón. Y eso, en estas circunstancias puede ser inaceptable.

Creo que esas son razones suficientes... aunque sé de cierto que debe haber más, aunque creo que, esencialmente, son derivadas o desgloses más específicos de las anteriores.

Nuestra relación no ha perdido nada por la ausencia de esas manifestaciones, pero hay días en que me muero de ganas de estar con vos.
No pido mucho, nuestra última salida se aproxima a lo que deseo: caminar, comer juntos, mirar vitrinas de la mano y un abrazo en ciertos sitios... 

en un día como hoy, pediría complementarlo con el más tierno de tus besos.

Creo que sería un buen inicio.

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