A veces simplemente me pongo de puntillas y pongo un beso en tu fotografía colgada en la pared, queriendo que fueras tú, pero de inmediato el frío del cristal que la protege me recuerda que no es así, que para querer se necesitan 2 y yo no soy prioridad en tu vida...
Cuando me enfermo, suelo dormir mucho. Pero suelo tener malos sueños, que no llegan al nivel de pesadilla (solo recuerdo haber tenido 2, quizá 3 pesadillas en mi vida. 2 ellas las recuerdo todavía) porque en el primero me despierto antes del miedo y los siguientes son sueños que, en cierta medida, se repiten y que, entonces, puedo controlar. Mi versión de un sueño lúcido.
En esta tanda, ha ocurrido una serie que podría ser el argumento para un videojuego. De terror obviamente. Porque qué más. Al fin y al cabo es una pesadilla que no me despierta aterrorizada no más porque no soy alguien que suele gritar y porque, llegado un momento, soy consciente de que es un sueño.
Mi mente funciona de maneras muy extrañas.
Estoy notando algo que no sé cómo interpretar.
Me está resultando más fácil expresar mis sentimientos en otro idioma. En mi caso, inglés, porque es el único otro que domino.
Es como si, al decirlos en otro idioma, me desprendiera de ellos, pudiera tomar distancia y no sentirlos tan... Dentro.
El año pasado tuve una experiencia, dónde llegó un momento en donde requería pedir disculpas a una persona querida.
Y la forma más fácil fue decirlo en inglés, aún con mi asquerosa pronunciación y mi pobre vocabulario.
Es incluso como si mi lengua materna me protegiera de decir ciertas cosas. Cosas que pueden tener un costo muy alto.
Grandes gestos y ese de dejarte en tu casa y parquear frente a tu puerta y... apagar el motor. Solo una persona lo ha tenido conmigo, pero se siente increíblemente especial. Como que estar contigo vale la pena un ratito, un minuto más. Algo escaso en estos días.
(sorry no encontré la viñeta original)
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El solo de guitarra de "instant Crush' es la melodía ideal para ver un avión alejándose en la distancia.
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Me ha pasado. Por eso termino guardándome todo.
Nadando el fin de semana pensaba y pensé:
Creí que tú serías la roca que me sostendría, pero descubrí que en realidad eras una que yo cargaba...
Extraño los abrazos. Se abraza poco hoy en día fuera de las convenciones sociales. Yo siempre fui lo que llamaríamos "respetuosamente manoseadora". Abrazaba a quienes me daban esa vibra y cuando era muy afortunada, esos abrazos eran largos. La última vez que abracé a alguien fue para despedirme y la siguiente vez que nos vimos, mencioné que extrañaba abrazarle. Se lo dije. Ni siquiera por eso me abrazó. la última vez que nos vimos ni siquiera se me acercó. Eso me entristece.
