Película de Disney, que en hispanoamérica llamaron (acertadamente a mi parecer) "Mi encuentro conmigo", del año 2000.
El Avión Rojo |
La película inicia con un brillante avión rojo surcando el cielo azul, y nos introduce en la vida de Ross, un ejecutivo mandón (mangonea y regaña incluso a sus mismos clientes), un jefe exigente (seguramente les recuerde a Miranda Priestly) y sin ningún vínculo sentimental (sin novia, sin relaciones con su familia e incluso, sin mascota; Lo más cercano a su vida son su fotógrafa Amy y su secretaria Janeth...) Y que parece ser incapaz de mostrar ninguna emoción salvo el fastidio y la furia: nunca lo vemos sonreír o llorar. Solo tiene muchísimo dinero e influencia. Y un Tic.
Gracias a ese pequeño niño descubre cosas de sí mismo y de su vida que no habrían sido posibles sin su ayuda y no sé porqué, me recuerda el "rosebud" de ciudadano Kane.
En medio de escenas tragicómicas como el niño cantando "juan, paco, pedro de la mar" o golpeando la ventana del restaurante para que le den su desayuno o Amy desmayándose al caer en cuenta de cuál es este enredo, se va desarrollando esta película apta para todas las edades.
Deirdre, una aspirante a presentadora de noticias, es la encargada de introducirnos al personaje de Ross, con lo que podemos ver su odiosidad y despectiva manera de tratar a los demás... Y más adelante la volvemos a ver, también interviniendo en la vida del protagonista... dedicándole algo de su tiempo.
Uno siente ganas de llorar en la escena culmen de la película, cuando el protagonista entiende la raíz de muchos de sus comportamientos...
El niño protagonista (Spencer Breslin) es adorable, el tipo de niño que uno valora de adulto (pero al que los niños -especialmente las porquerías que se crían hoy día- molestarían y harían sentir mal) y cumple su papel maravillosamente.
Puede no ser una película de alto vuelo intelectual, pero nos plantea preguntas, que si las respondemos, podrían, por qué no, hacernos retornar y quizás, lograr uno o dos de esos mágicos sueños de la infancia...
El restaurante mágico |
En medio de escenas tragicómicas como el niño cantando "juan, paco, pedro de la mar" o golpeando la ventana del restaurante para que le den su desayuno o Amy desmayándose al caer en cuenta de cuál es este enredo, se va desarrollando esta película apta para todas las edades.
Rosty se le declara a Amy |
Uno siente ganas de llorar en la escena culmen de la película, cuando el protagonista entiende la raíz de muchos de sus comportamientos...
El niño protagonista (Spencer Breslin) es adorable, el tipo de niño que uno valora de adulto (pero al que los niños -especialmente las porquerías que se crían hoy día- molestarían y harían sentir mal) y cumple su papel maravillosamente.
Puede no ser una película de alto vuelo intelectual, pero nos plantea preguntas, que si las respondemos, podrían, por qué no, hacernos retornar y quizás, lograr uno o dos de esos mágicos sueños de la infancia...
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