...y como obviamente el plan no era quedarme en soledad para siempre, he hecho el ejecicio de salir con otras personas... todas pertenecientes a mi pasado, pues siento que empezar un nuevo lio desde 0 no me resulta motivador....
Y después de todo descubro el vacio. Que el vacío es lo unico que me queda, lo único que hay dentro de mi.
saqué mi corazón, mi cuerpo, mi alma, mis sueños, mis anhelos y lo entregué todo. era el fin de mi busqueda, el último escalón de mi ascenso. Qué hacer entonces cuando todo se termina?
En el plan de "tengamos citas... con lo que salga" descubrí que mi soledad, mi inanidad no es casual. descubrí que no tengo nada que ofrecer.
Hace mucho tiempo (esa historia la contaré después con detalles) una persona salió de mi vida. Era mi primer amor, y por cosas de la vida, regresó. Y en ese momento de ingenuidad creí que el destino habia reunido, una vez más, nuestros caminos, pero no. Su replica fue brutal:
-No esperes nada de mi. No tengo nada para darte. Dentro de mi solo hay vacío.
Nunca sabrá cuanto me dolieron sus palabras y ahora, solo yo se cuanto me duele saberme igual.
en un post anterior expresaba mi miedo de ser un corazón seco más, como hay otros en el mundo, y siento angustia de ver que mi peor temor se ha confirmado. No quiero nada. Con nadie. Soy como ese árbol seco de que habla la biblia.
Hace unos dias lloraba sobre las ruinas de mi ser. El camino andado no se puede deshacer, y aunque a veces miro atrás con nostalgia, sé, positivamente, que es una ruta que no volveré a recorrer.
Yo era capaz de crear sueños y fantasias, de encerrar la felicidad en un pequeño espacio entre las manos para después recorrer los caminos de la mente y el cuerpo del otro y llenarlo de esa sustancia multicolor, inasible e inalcanzable para todos, excepto para mi. Y era mi gran regalo concederlo. Una vez lo dije:
"Mirame. Estoy aquí. Puedo concederte todas tus fantasías, hacer realidad tus sueños, protegerte, amarte y hacerte feliz"
Parecería absurdo que solo por el fin de una historia todo ello se perdiera, pero pesan sobre mí un millón de finales, propios y ajenos, y cuando en las alas del amor subes hasta el cielo para ver como de forma brutal y dolorosa te las arrancan y las lanzan al vacío, lo único que se te viene a la mente es arrojarte tras ellas.
Y el precio que tuve que pagar fue ver todo mi ser destrozarse contra el suelo. Ver como se convrtian en astillas las cualidades que me convertían en la pareja perfecta.
Ahora ya no me queda nada. Ni siquiera para reconsruir ahora mi propia felicidad, menos para darle a otro. dí tanto que solo queda llanto y frío.