Cuando me enfermo, suelo dormir mucho. Pero suelo tener malos sueños, que no llegan al nivel de pesadilla (solo recuerdo haber tenido 2, quizá 3 pesadillas en mi vida. 2 ellas las recuerdo todavía) porque en el primero me despierto antes del miedo y los siguientes son sueños que, en cierta medida, se repiten y que, entonces, puedo controlar. Mi versión de un sueño lúcido.
En esta tanda, ha ocurrido una serie que podría ser el argumento para un videojuego. De terror obviamente. Porque qué más. Al fin y al cabo es una pesadilla que no me despierta aterrorizada no más porque no soy alguien que suele gritar y porque, llegado un momento, soy consciente de que es un sueño.
Mi mente funciona de maneras muy extrañas.