Metal Gear V - The End

Empecé este post hace años.
Lo termino porque su destinatario (que de cualquier manera no iba a leer estas líneas) ha muerto.

Hay un Juego que me gusta particularmente, y es Metal Gear. Hace tiempo que no le pongo un dedo encima, pero esta serie de escritos tiene que ver, como siempre con corazones rotos (el mio y el de otros), porque me impresionó recordar y pensar como algunos personajes, específicamente los "jefes" podrían adecuarse a algunas situaciones de mi existir...

Soy una persona irremediablemente enamoradiza. Por eso ya había escrito sobre mis primeros ensueños de amores, pero definitivamente a quien te le entregas la primera vez tiene sus bemoles.
¿Qué edad tendría yo?
Ya era bastante mayorcita, especialmente si tenemos en cuenta el estándar actual, con madres de 11 años. Al menos ya era mayor de edad, aunque a todos los efectos era una niña que no sabía nada de la vida, era una princesa criada en una burbuja, que si bien conocía algunas de las desagradables realidades de la vida (ya era huérfana, no pude estudiar lo que quise -ni siquiera entrar a estudiar en esa época-, no tenía trabajo y se me había muerto ya una mascota) en general era una niña ingenua y mimada.
Este hombre se me atravesó en la vida con labia y seducción arrolladora (físicamente no era la gran cosa, aunque hace tanto tiempo los estándares eran mucho menos exigentes que ahora, en cambio era muy listo, culto, divertido y tenía buena mano para cortar el cabello), fue el primer hombre que habría de incendiarme los sentidos y demostrarme qué poco control se puede tener sobre los mismos.
Mucho tiempo después, encontraría uno similar, que me hizo perder la cabeza y llegar hasta extremos insospechados para mi misma, pero eso es harina de otro costal.
Recuerdo muchas frases y acciones suyas, cómo me fue llevando poco a poco por ese camino desconocido que era mi propio cuerpo...
Cómo yo lo buscaba sedienta de más, de saber más, porque el que una persona te haga descubrirte, siempre será un bono extra...
Incluso a veces hablábamos de mitología, arte, ciencias...
Pero sabía que no era la única en disputa (para peor, yo conocía a la otra, una antigua compañera de colegio, podría decir una "amiga" a una edad en que los requisitos para la amistad eran mucho menores de los que hoy día tengo) y así las cosas se complican.
¿Es necesario decir que las cosas no resultaron?
Sangre.
Creo que ese fue el motivo principal.
Los hombres consideran que si una mujer es virgen debe sangrar en mayor o menor medida la primera vez y en mi caso, eso no sucedió, lo que sin duda, a sus ojos, le restó valor a la conquista... Y no pudo disimularlo... Fue obvio, deprimente y triste. Que mi valor se viera rebajado por la ausencia de unas gotas de sangre, y que ni siquiera tuvo la delicadeza de preguntar si había o no sido el primero. Eso pasa cuando uno se mete en una relación donde no hay comunicación, solo exaltación de los sentidos.
A pesar de eso me esforcé por quererlo (la palabra "amarlo" le queda grande a lo que yo pudiera sentir siendo una completa inmadura), pero era una niña orgullosa que no iba a mendigar las migajas que dejara caer para mi (y mientras, me veía con la amiga y me contaba cada cosa...)... Aunque mucho lo busqué y creo que cuando todo terminó, para cerrar con broche de oro, mi hermano le rompió la cara en una pelea donde, con otra excusa, le cobraba haber tocado a su hermanita.
Desde ese día lo evadí hasta donde me fue posible, no contesté llamadas y di un suspiro de alivio cuando abandonamos la casa donde vivíamos, porque sabía que era su último rastro y que no podría volver a encontrarme, que no podría volver a lastimarme...
Mucho tiempo después me encontró en Fb, y aunque acepté su petición de amistad, no sabía manejar la herramienta (ni mis sentimientos de rencor), y publiqué un mensaje aludiendo a que me hallaran personas de mi pasado (me encontró por medio personas comunes...), personas que quería fuera de mi vida, y unos días después me sacó.
Una vez me pasó la pataleta empezamos a intercambiar correos electrónicos (siempre he detestado hablar por teléfono) hasta que le envié uno que no contestó.
Hace ya años de eso.
¿Podría haber hecho algo por él?
Lo dudo, aunque ya dejé muy atrás rencores, dolor y soy más madura, creo que lo único que podía hacer, lo hice hoy: acompañarlo en su tránsito confuso de la vida a la muerte.
Es curioso que de todos los amores que tuve (Incluso algunos que solo existieron en mis fantasías), él es el único que no relaciono con un artista, ni siquiera una canción. Nuestro amor no tuvo música. Solo silencios.
Lo recordaré entonces con una canción que me enteré, era una de sus favoritas, la que casualmente sonó en el radio del auto mientras volvía del cementerio:
"Obsesión" - Miguel Mateos
♫♪ Una burla del destino, te puso en mi camino...♪♫

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