Aprendizajes del año pasado

Hace ya varios años un amigo me preguntaba qué aprendí el año pasado. Este año no lo hizo (supongo que ya no importa el saberlo) pero a mi esa pregunta siempre me queda rondando. En especial en estas fechas, porque creo, sinceramente que uno no deja de aprender.
El año ha terminado y creo que entre mis aprendizajes  están:
(no hay un orden que determine por qué los puse así: ni están en orden de importancia o de fecha de aprendizaje o nada que se le parezca.)
Usar el Articulate Story Line
Este software es un programa que permite la creación de cursos para computadora, exportables a flash, html5 y otros medios.
Lo chévere de este  programa comparado a otros (incluso de la misma marca) es que trae "personajes" que se pueden hacer para crear una historia coherente y que, presuntamente, resulta más atractiva para el publico.
Se suma a las herramientas profesionales que manejo y de algo habrá de servir aunque ahora, en este trabajo sea solo decoración.
No volver a comprar una planta sin saber cómo se llama
En el transcurso de estos tiempos he adquirido un par de plantas.... en el año, en realidad entre las que compré y robé, son como media docena pero... algunas de ellas no me fue posible (a veces porque ni siquiera fuí tan listilla de preguntar) identificarlas.
Y por tanto no sé muy bien cómo cuidarlas, lo que resulta francamente deprimente.
Mi habitual colección de Suculentas (varios cactus y una matera enorme de rosas de alabastro) un bamboo de la suerte (que tiene mucha: aun no ha muerto) y la planta de la imagen. No sé qué es y creo que se está muriendo, no se si por falta o por exceso de riego.
Hacer brownies de microondas
Y pues me parece importante porque en mi casa el microondas es un elemento subaprovechado. Debería empezar a mejorar eso: hay muchas clases de tortas, asados, guisos y muchas cosas más que podría empezar a realizar. Si lo hago, prometo recetas.
Usar el sistema operativo Andriod
La verdad, pese a mi afición a los sistemas, mi habitual tacañería me impidió comprarme un "smartphone" y dado que mi antiguo nokia se zambulló en un montón de agua, tuve que buscar otra opción... Y resulté comprando un galaxy ace.
Debido a eso ya mis dedos se deslizan por la pantalla, sé que instalar aplicaciones como Fb o Tw solo sirven para quitarte espacio en la memoria -y muchísimo tiempo-, sé buscar juegos gratuitos y que si pretendo leer en celular necesito libros en .epub y no en pdf (porque el PDF no tiene resize).
Abrí una cuenta de instagram (que está sin estrenar) y ya he comprado paquetes de navegación para el celular, por lo que puedo darle al whatsapp y pasarle internet a otros dispositivos.
Las bolitas de hidrogel chinas son un asco.
Estas bolitas se le ponen a las plantas de agua para que estén más cómodas y felices, algo así como esto.
Mencioné que tengo un bambú de la suerte? Y lo tengo (o lo trato de tener) con esas bolitas.
Sin embargo las que yo compro (todas donde los chinos) se rompen o se deshacen en el agua, poniéndola babosa y francamente nauseabunda para mi, por lo que he tenido que cambiar las bolas 3 veces en menos de un mes.
Curiosamente hace tiempos compré unas en una tienda naturista del centro, que están decorando un perfumero y en perfectas condiciones, pero no venían en colores surtidos y por eso no volví a comprar. Ahora me arrepiento, porque aunque las de los chinos son absurdamente baratas, temo que terminen lesionando la planta con tanta cambiadera. Apenas termine la enorme cantidad que compré por ultima vez (cuya única ventaja resultó ser tener "crecencios" en su interior -uno de ellos, una venus- y ser baratos) me buscaré unos americanos y espero correr con mejor suerte.
Si de veras quieres algo, lo conseguirás:
Tomaré unas palabras de la película "El marido de la peluquera":
Mi padre siempre decía que la vida era muy sencilla:
Que bastaba con desear con mucha fuerza algo o a alguien, para obtenerlo. El fracaso no era más que la prueba de que el deseo no había sido suficientemente intenso.
Ningún sueño es imposible.
Y así este año se me cumplieron algunos sueños.
Pues no significa que las cosas caigan del cielo así de alegría, algo hay que hacer para obtenerlo y en mi caso, me costaron.
Y no solo hablo de dinero (que también, porque como sea la plata mueve el mundo) sino de tiempo y de arriesgarme, lo que me cuesta más que muchas cosas en la vida.
Desde decirle a mi jefe que iba a pasar un fin de semana en otra ciudad y que debía moverme el vuelo de regreso, hasta decirle que me trajera compras de otro país (si, lo agarré de mensajero). Desde enfrentar a mi cuñada para resolver una desagradable situación familiar hasta exigirle a mi hermano que colaborara con la economía doméstica.
El muñeco es una de las cosas que conseguí y que no creía poder lograr :D
No me muero sola
Volver a estar sola fue muy duro, pero sirvió de aprendizaje. Ya escribí de sobras sobre ese tema y no voy a profundizar más, pero quedó como enseñanza, sin duda.
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Digamos que de momento dejaré así.
Quizás con más tiempo piense cuáles fueron esos aprendizajes y les dedique algo de redacción.

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