Ni intenten leerla: esta escrita con mi peor letra y esos no son mis propósitos, faltaba más! |
Las listas de propósitos para el año que comienza son un latazo, básicamente porque uno se compromete a hacer cosas que no siempre -casi nunca según el decir popular- cumplirá.
Se convierten en un largo listado de las cosas a medio cumplir o sin cumplir que ya vienen pesando desde otros años, como he dicho en otros post.
Yo tengo una lista que viene desde hace como 5 años atrás (tiene cosas como mandar a arreglar mi pluma fuente -ya no tiene sentido: me regalaron otra- y comprar un electrodoméstico -ya van como 3- ) y que de hecho está extraviada.
Pero igual, uno las hace porque siente que debe hacerlas, y porque bueeeeeno... tener metas a cumplir no está mal.
Nunca hago propósitos como "dejar de fumar" o "bajar de peso" o "hacer ejercicio" (además que un amigo, en su era de mordacidad me los echó en cara diciendo "claro, no pone propósitos concretos porque así con cualquier maricada los da por cumplidos") porque sé que no los voy a cumplir o si lo hago será de forma irregular y esporádica y así no vale. Ahora, bien... podría proponerme cosas irregulares y esporádicas y eso mejoraría mi promedio, no?
Otra cosa que nunca me propongo es acciones que dependan de otros, digan ustedes "casarme", "cambiar de empleo", "ganarme la lotería"... porque si es bien difícil cumplir las metas propias, imagínense poner a otro a que contribuya, depender. No jodás!
Si pensara en mis propósitos del año, el único concreto y definido a la fecha es dejar de comprar chaquetas, blusas y camisetas y comprar mas ropa interior, pero es desolador que una camiseta cueste un dolar y un sostén, 10.
¿De resto?
No sé.
Seguir ahorrando, imagino; comprar la plancha para el pelo (a ver si dejo de verme como Panfleto PocaPaja). Visitar a mis mejores amigos aunque sea una vez y gastarles los minutos de la llamada el día de su cumpleaños, arreglarme las uñas al menos una vez al mes...
Y bueno.
Ya veremos que trae este 2013.
¿La plancha para el pelo? Si de aquí a tu cumpleaños no la has comprado, yo te la regalo. Y es una promesa celta, como el rojo de mi barba.
ResponderEliminarY lo de la visita, me sentaré a esperarla.
Lo de la plancha ya es historia: me la compré ayer, pero la buena intención cuenta. Y la visita... a tí te cuenta como visita vernos un día después del trabajo, que tu casa queda muy lejos de la mía... y a ver si recoges tu cosito que se quedó criando polvo en mi maleta.
ResponderEliminarEsa es una leguleyada. Otra meta abstracta (y amañada, además). Y mi casa queda tan lejos de la tuya como tu casa de la mía... y ya he ido en bicicleta a visitarte en más de una ocasión (son 17 km en bici).
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