No te conozco, al menos no en persona. Digamos que te conozco tan bien como es posible conocer a alguien vía web. Al parecer te sigue alguien que yo sigo en Twitter. El equivalente a gritar en una multitud "Juan, ¿eres tu?" (la frase no es mía pero me encanta).
Lo primero que supe de ti era que tu pareja, después de 11 años de feliz concubinato, había fallecido. Para desahogarte escribiste una sentida carta de despedida. Talvez la carta de amor más sincera que haya leido en mi vida, y que me encargué de retwittear.
Conocerte, lo admito, me ha puesto la vida de cabeza. Vamos a ser francos, soy un vejestorio y la idea de la homosexualidad era una de esas que mastico pero no trago, pese a tener un familiar abiertamente gay, = lo tenía bien lejos y más lejos todavía por su propia desición que por la mía.
En mi época (así mafalda diga que ya estoy "medio ñac") la homosexualidad era algo de lo que era mejor no hablar y aunque pueda considerarse un avance que ahora se haga más pública, la homosexualidad tal y como nos la infunden los medios ahora (por pura moda en su mayor parte, especialmente entre los jóvenes... o jovenzuelos, más en mi concepto) no deja de ser perturbadora. Aun hoy me choca ver muchachitas tomadas de la mano. Hace diez años, pensaba que eran simplemente amigas, ahora que pienso cosas diferentes... (ojalá esto no lleve a restringir, aun más, las muestras de afecto entre las personas...) y aun no supero la impresión que me produce ver dos varones besándose, que no he visto en persona, pero me bastan los letreritos en las zonas de bares de mi ciudad.
Con estas ideas en la cabeza (pero sin ser homofóbica) pues de cualquier modo resulta extraño que me hayas causado tal impacto. Ese impacto, curiosamente viene también del... simplemente amor, aunque por convenciones sociales y lenguaje políticamente correcto, llamaré afecto.
En uno de los párrafos donde descríbías los futuros planes que tu pareja y tu tenían, encontré un nombre que me impactó. El de un colegio. El del único colegio donde pondrían a estudiar a la hija que soñaban tener. Y sucede que una de las cosas más importantes que me han pasado en la vida, una persona adorada, estudió allí. Vaya impacto.
Eso fué, más que nada lo que me hizo releer varias veces esa carta de amor, de despedida, que escribiste para él.. Y la leí varias veces hasta asegurarme de que sí, lo que me había conmovido era un amor netamente homosexual, pero a todas luces, no por eso menos amor que otros que he conocido.
Pues a raíz de esto empecé a plantearme cosas, a interrogarme a mi (y a tí, a través del "pornspring" que habilitaste en tu blog y gracias al cual sé desde el nombre de tus mascotas hasta la marca de tu crema y cómo te la pones en la noche) y aunque aun tengo preguntas sin respuesta (curiosamente has respondido todas las preguntas que te he hecho) pues seguiré buscando las respuestas. mientras para finalizar esta nota, dejo una frase que me ha inspirado el conocerte, así no te conozca, así nunca sepas quién soy.
Lo primero que supe de ti era que tu pareja, después de 11 años de feliz concubinato, había fallecido. Para desahogarte escribiste una sentida carta de despedida. Talvez la carta de amor más sincera que haya leido en mi vida, y que me encargué de retwittear.
Conocerte, lo admito, me ha puesto la vida de cabeza. Vamos a ser francos, soy un vejestorio y la idea de la homosexualidad era una de esas que mastico pero no trago, pese a tener un familiar abiertamente gay, = lo tenía bien lejos y más lejos todavía por su propia desición que por la mía.
En mi época (así mafalda diga que ya estoy "medio ñac") la homosexualidad era algo de lo que era mejor no hablar y aunque pueda considerarse un avance que ahora se haga más pública, la homosexualidad tal y como nos la infunden los medios ahora (por pura moda en su mayor parte, especialmente entre los jóvenes... o jovenzuelos, más en mi concepto) no deja de ser perturbadora. Aun hoy me choca ver muchachitas tomadas de la mano. Hace diez años, pensaba que eran simplemente amigas, ahora que pienso cosas diferentes... (ojalá esto no lleve a restringir, aun más, las muestras de afecto entre las personas...) y aun no supero la impresión que me produce ver dos varones besándose, que no he visto en persona, pero me bastan los letreritos en las zonas de bares de mi ciudad.
Con estas ideas en la cabeza (pero sin ser homofóbica) pues de cualquier modo resulta extraño que me hayas causado tal impacto. Ese impacto, curiosamente viene también del... simplemente amor, aunque por convenciones sociales y lenguaje políticamente correcto, llamaré afecto.
En uno de los párrafos donde descríbías los futuros planes que tu pareja y tu tenían, encontré un nombre que me impactó. El de un colegio. El del único colegio donde pondrían a estudiar a la hija que soñaban tener. Y sucede que una de las cosas más importantes que me han pasado en la vida, una persona adorada, estudió allí. Vaya impacto.
Eso fué, más que nada lo que me hizo releer varias veces esa carta de amor, de despedida, que escribiste para él.. Y la leí varias veces hasta asegurarme de que sí, lo que me había conmovido era un amor netamente homosexual, pero a todas luces, no por eso menos amor que otros que he conocido.
Pues a raíz de esto empecé a plantearme cosas, a interrogarme a mi (y a tí, a través del "pornspring" que habilitaste en tu blog y gracias al cual sé desde el nombre de tus mascotas hasta la marca de tu crema y cómo te la pones en la noche) y aunque aun tengo preguntas sin respuesta (curiosamente has respondido todas las preguntas que te he hecho) pues seguiré buscando las respuestas. mientras para finalizar esta nota, dejo una frase que me ha inspirado el conocerte, así no te conozca, así nunca sepas quién soy.
"Cerrar tu mente cierra también tu corazón"
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